Las vocaciones catorceañeras.- Xavier de Barcelona
Fecha Sunday, 25 January 2004
Tema 050. Proselitismo, vocación


Una anécdota hija de entender lo que a profanos les pasa desapercibido sobre el Opus Dei. Esta trata sobre el opus y las vocaciones catorceañeras.


Tras largo periodo de incomunicación visito en el hospital a una hermana, agregada desde los 14 y profesora de un colegio de la labor, que ha tenido un accidente de coche.

Percibo cierto estado de shock postraumático por el accidente, y por estar en un hospital público (declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO). Actúo en consecuencia, realmente inspirado. En esos momentos de sentirse nada tras haberse sorteado la muerte pienso que nos afloraron a los dos los roles ancestrales que marcan que estoy entre sus varones, los que han de hacerla sentir segura. Previa consulta planeo su primer paseo en silla de ruedas por los jardines exteriores, cuando llega a visitarla una numeraria con una chica de unos 14.

Me comporto con cortesía obviando los insoportables aires de superioridad opusinos de la numeraria. Ya saben ustedes, a los demás no les ha escogido dios ni caminan entre los elegidos. Y por lógica opusina: si todo lo del opus es bueno y superior, lo demás es inferior, malo o cuando menos vive en el limbo de lo que no ha sido aun salvo por el Opus Dei.

Le confío un rato la silla a la muchacha joven, a pesar de las protestas de la insegura paciente. Caminamos charlando los tres adultos y al rato la muchacha grita, quizás en éxtasis por ser aceptada entre adultos y por que le confiara la responsabilidad de llevar la silla de ruedas y bajo los efectos que suelo causar a las adolescentes, grita ¡siiiiiii!.

Profanos lean el testimonio de Esther (06-01-04) para entender lo del ¡siiii!. Aprovecho para enviarte mil y un abrazos Esther. En uno de ellos me acerco lentamente sin retirar las caderas. Ojalá tu testimonio sirviera para que nunca más volviera a suceder. Por cierto ¿lo del sí proviene de un punto de Camino? Me parece recordar una de las máximas hablaba sobre la vocación y las tribulaciones hasta que se dice sí.

La numeraria sonrie con íntima satisfacción y comenta "chica, parece que estuvieras en tu boda". He de reconocer que mi hermana sólo hacía que hablarme del padre de la chica, que si la llevaba a jugar a tenis, que si quería que fuera no se qué, etc... Entendí tarde su inconsciente llamada de auxilio.

Xavier de Barcelona







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