Querida C.P.

preguntabas el día 4 de este maravilloso mes de enero, si tu amiga numeraria será tu amiga de verdad o si solamente estaría haciendo proselitismo contigo.

Hay una prueba infalible que no falla nunca. Como la amistad es cosa de dos, no esperes a que ella te pregunte qué tal tu plan de vida ni a que te de un libro para lectura espiritual, ni a que te pregunte por tu intimidad. Adelántate. Cuando la vuelvas a ver, pregúntale: ¿cuál es la última corrección fraterna que te han hecho?, ¿qué puntos de lucha te ha puesto tu directora esta semana?, ¿cómo llevas lo del cilicio, me lo dejas que lo vea para ver qué de qué se trata?, ¿quieres que vayamos a hacerle una visita a tus padres en lugar en ir a la catequesis y me presentas a tu familia?, ¿por qué no vamos a tu cuarto y me enseñas la tabla donde duermes?, ¿me puedes dejar el Vademecum de los Consejos Locales para ver de qué va esto de hacerse de la obra?, ¿sabías que si escribiera la carta pidiendo la admisión no sólo sería aspirante sino que sería supernumeraria y entonces no tendría que renunciar a casarme?

Según te responda a cada una de las preguntas sabrás si es tu amiga o no, porque entre buenas amigas no hay secretos.

Muchas suerte y mucho cuidado,

María Luisa