Me ha sorprendido la reciente incorporación como miembro supernumerario de una persona cuyo comportamiento como cristiano deja bastante que desear.

Lo que sí, si miramos otros aspectos de su persona es bastante obtuso, estructurado, escalador socialmente, entre otras características, por lo que su funcionamiento previsible y mecánico está asegurado. Problemas de obediencia no va a tener, ya que es de los que ponen los medios necesarios para lograr los fines propuestos, sea cual sea el objetivo. Muy adecuado para poder perseverar sin problemas en la cosa nostra.

Será que ha bajado el target para la incorporación de miembros pues las personas buenas e inteligentes ya no confían en la sectlatura?

Esto no hace mas que confirmar que ya no hay lugar para la "buena gente".

Dan pena y risa.

Viva la aristocracia de la idiotez.

A los de fuera un gran abrazo y un feliz 2006!

EFE