Te equivocaste Satur.- Emevé
Fecha Monday, 09 January 2006
Tema 070. Costumbres y Praxis


No soy de la gente que anda enfrentándose con el mundo por un ideal, porque en realidad ideales tengo pocos, ni siquiera la paz del mundo ni el agua para todos me entusiasman, ya perdí la vida y quemé las naves por un amor, por otro y por otro. Y aún no cumplo los 30.

A veces algún opusiano resbaladizo me obliga a contestar (es que lo ponen super fácil y una no se resiste a las cosas –y a los hombres- fáciles). Pero esta vez voy a replicar al super archi hiper ídolo de ésta web page, así es, esta vez big Satur me agarró en "esos días" y digo yo que Satur está orinando fuera de la bacinica, que se equivoca, que ésta vez no puedo decir "amén", que no, que las cosas no son como él las dice, sino como las digo yo...



Dice el líder Satur: "soy de los que piensan que para ser del opus dei hay que de tener vocación y, además, un carácter disciplinado, voluntarioso, inclinado a cumplir normas, ordenado y algo obsesivo. (...) Gente así, tiene menos problemas para andar por caminos de santidad porque van como el conejito de Duracel, y duran y duran y duran. Se proponen metas mecánicas y no fallan una … (...)Y, claro, así cualquiera".

Y digo ¿dónde quedo yo?, que soy una de las que llegó temprano a la repartición de obediencia y tarde a la de personalidad. Yo que me levantaba de un brinco a las 5:45 a.m. (para llegar al Centro Cultural Universitario a la oración de 6:30 y misa de 7:00) porque una vez en un círculo dijeron "que el minuto heroico es el salto del tigre y no el resbalarse de la boa". Y allí iba yo, saltando cual resorte, para dar gloria a Dios, besando el piso con devoción (y en Piura, que es una ciudad en medio del desierto, siempre hay polvo en el piso). Luego del baño respectivo (en mi tierra no hay agua fría porque todo el año hace calor), había que ponerse guapa, que en mi natural pálido, significaba ponerse polvos rosados y lápiz de labios, porque en alguna ocasión la brillante de mi directora me dijo que había que estar siempre guapas para nuestro señor jesús, y que a nuestro amado padre le gustaba tener hijas guapas. Así pasaba el primer desafío. Luego de la corrección fraterna que me hizo otra adscrita un poco más enterada que yo, que me dijo que debía respetar el silencio de la mañana, tenía que ir Emevecita a tomar un taxi: sin hablarle al chofer!!!!!, yo no sé cómo son los taxistas en el mundo mundial, pero en Piura, suelen comentarte las noticias, preguntarte por quién votarás, contarte el último episodio del Alcalde y los líos que iban a haber. Fue voluntad de sanchemi que un taxista que andaba por mi barrio se ponga todos los días en la puerta, me esperara, me diera los buenos días ( yo rezaba estampitas para que no me hable más), y me llevara al Centro Cultural Univeristario. Segundo desafío del día terminado, casi heroicamente.

Y empezaba la danza, porque había que hacer lo que nadie más quería hacer, para facilitarle la vida a mis hermanas (todas eran viejitas para mi que tenía 17: una de 33, una de 40 y el resto pasada base 5). Y allí iba Emevecita dándose de rodillazos frente al Sagrario y diciéndole una jaculatoria al Jesús de mis amores, besando la cruz de palo y poniéndose agua bendita, mientras cargaba la mesita de la meditación, prendía las velas de la misa, sacaba el crucifijo para la bendición, y los días que me tocaba corría a poner el desayuno, porque las Auxiliares llegaban un poco después. Los días que tocaba oración y no meditación, me pasaba buena parte de rodillas, para no dormirme, porque en un círculo dijeron que había que hacer bien la oración y procurar no dormirse (se ve que eso de dormirse en la oración de la mañana era común). Y mis hermanas se reían de mis rodillas resecas y destruidas, y me cayó corrección fraterna por no ponerme crema. Los días de labor de San Rafael, corría Emevecita a animar la tertulia, y en cuanto se podía, a hablar con la pitable de turno, para comerle el coco.

Un tiempo vino a vivir a mi centro una casi joven, una chica de unos 25 a 28 años, que luego fue premiada con el Centro Romano y después sabrá Dios qué fue de ella. Esta chica era muy entusiasta y me decía siempre "Emevecita, tenemos que animar el Centro porque las otras son un poco viejitas y les tenemos que alegrar la vida". Y no sólo se la alegramos, sino que se la arreglamos. Un día estábamos todas super elevadas en oración de la mañana, pensando en cosas que sólo Dios y nosotras sabíamos, mientras se nos eran develados los misterios de la Santísima Trinidad, cuando levantamos la vista y pipiripipiripín... un ratoncito blanquito y pequeñito corría de un lado a otro del altar, y de pronoto, se metió en la Sacristía... y en breves instantes el cura iba a venir a celebrar la santa misa en perfecto latín.

Así que todas las viejitas voltearon a mirarnos a superentusiasta y a mi y allí fuimos las dos sastrecillas valientes, a matar al inocente animal. Claro, era evidente que estábamos obligadas a hacer lo que nadie más quería hacer y ser super santas porque lo hacíamos antes que las demás voluntarias (todas hechas un manojo de nervios con los pies levantados, encerradas en el oratorio). Fue una masacre espantosa, yo cerraba los ojos y lanzaba escobillazos, y en uno de esos, asesiné al primo de Mickey... y luego tocaba recogerlo del suelo, limpiar el desastre, aguantarse las ganas de mandar a todas las viejetas a la mierd... y ofrecer el fastidio por esas hermanas mías, por expiación de mis culpas, por mi poca generosidad, y por que Jesús me enseñe a amarlo como Él quiere que lo ame. No recuerdo más, mi memoria bloqueó los detalles de la limpieza del suelo, pero luego el día siguió como si nada (aunque tomé el tiempo que me faltaba de laoración de la mañana para no perderme ni un minuto). Habíamos hecho lo que teníamos que hacer, por amor, y no volví a pensar en ello, casi hasta ahora.

¿Me vas a decir, Satur el cool, a mi, que no cruzaba un solo cuadro de la Virgen sin darle su respectiva miradita y de cuando en cuando una jaculatoria (y en una universidad del opus hay cuadros de la virgen hasta en el baño!!!)? ¿a mi que a los chicos nos los miraba ni les hablaba ni aunque me llevara la vida en ello –y más de un tropezón he tenido por mirar al cielo o al suelo para no encontrarme con la mirada de ese numerarito de pelo negro y lentes de carey que tanto me gustaba sin saber que era hermano mío? ¿Me vas a decir a mi, que huía de mi casa –de la de mis padres- para no perder el tiempo y que mis 24 horas sean consagradas al opus? ¿a mi que no había jaculatoria que no me sepa, que ponía el crucifijo en la mesa de estudio, derechito, perfectito, porque a Dios le gusta la perfección? ¿a mi que me dormía rezando para que el último pensamiento del día fuera para "Él"? ¿a mi que apuntaba todos los consejos de la charla y del círculo breve y los ponía en práctica antes de terminar de escribirlos? ¿a mi que por puro amor a "dios" me aguantaba el dolor de separarme de los míos e irme a 1,000 k.m. de distancia a hacer un curso de retiro de 5 días con gente a la que no conocía, bañándome con agua fría en pleno invierno, y sin saltarme una sola de las reglas, viviendo con gente de sonrisas falsas en vez de estar en casita con mi mamacita, mi papacito y mi hermanito que me adoraban y me reclamaban vida de familia (con mi familia de verdad) con lágrimas en los ojos? ¿me vas a decir a mi que era un robot perfecto, con el cerebro comido, y creyendo sincera, firme y realmente que el opus dei era mi camino, y que Dios me había elegido desde toda la eternidad, que ser del opus fue fácil?

Pues no, genio, no, ni siquiera para mí, que si me dicen salta, salto, si me dicen te amo, me lo creo, si me dicen vuelve, vuelvo, ni siquiera para mí, que me creía todo- todito- todo y hacía todo- todito- todo, de buena fé y puesto el corazón y el alma entera en ello, fue fácil. Ni siquiera yo que cuidaba mi vocación como un tesoro, pude evitar enfermarme del alma. Ni siquiera mi fidelidad, entusiasmo, fé, amor, ni nada, pudo salvarme del "vete, no sirves", ni siquiera mi devoción filial a sanchema y a donalvaro me curaron. Sólo me curó irme del opus, y me fui porque me echaron, que si no... seguiría allí rezando y muriéndome de dolor, pero "fiel" y "leal", y quien sabe, rezando por ti y por los tuyos.

Así que un poco más de comprensión con nosotros, los sin personalidad, los fanáticos de cumplir todas las reglas, los que cruzamos la pista en pleno caos de tránsito limeño por los cruceros peatonales, los que si teníamos tiempo rezábamos las 3 partes del rosario por darle gusto a nuestra madre, los que teníamos el armario listo para una inspección militar, los que usábamos bata de baño sin chistar, los que no tomamos píldoras del "día siguiente" porque son abortivas, los que asumimos nuestra responsabilidad aunque nos cueste más que la vida, los que seguimos viniendo a trabajar con fiebre, con dolor de panza, con el corazón destruido, los voluntariosos, los fieles. Que nosotros también tenemos corazón y también fracasamos en el opus. ¿O es el opus el que fracasa con la gente? No lo sé, yo no sé nada, sólo sé que esta vez, dalailama Satur, te equivocaste, de manera divertidísima, pero totalmente fuera de la bacinica. Ser del opus no fue fácil ni para ti ni para mí, y ya es mucho decir.

Saludos a todos.

Emevé







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