Hola, es la primera vez que me dirijo a vosotros. Espero que no haya "desapariciones milagrosas".
Yo ya había llegado a una conclusión sobre el Opus: no se ama a Dios sino al fundador. Es un caso raro de ateísmo, creo. El personalismo de esta gente es realmente anticristiano y espero que en bien del cristianismo en general y en particular del catolicismo esta gente rectifique o desaparezca como organización.
Mi experiencia: hace treinta años era un estudiante que venía de Guadalajara. Empecé CC Físicas en la Universidad Complutense de Madrid y ese año se me aproximaron. Íba a un piso-capilla-estudio en Alonso Martínez esquina a Santa Engracia. LLegué a ir a un sitio que no recuerdo su ubicación pero la descripción de Los Rosales que hace Carmen Tapia se aproxima a mi recuerdo.
Me nombraron una especie de tutor, creo recordar que se llamaba Jaime que vivía en la elitista urbanización de Santo Domingo, frente al RACE. Yo vivía en Palomeras, Vallecas, en casa de un tía mía.
Un día, salió no sé por qué a relucir San Francisco de Asís. Su reacción fue de absoluto desprecio a su figura y a su obra. Eso me enervó y me hizo ver que el amor en el sentido cristiano, como caridad, como esencia del mandato de Cristo "un mandamiento nuevo ..." no lo conocían. Para mí San Francisco de Asís era la esencia del cristiano por excelencia, que hace prevalecer la caridad y el amor a los demás (esto es redundante) por encima de todo.
Así que empecé a elaborar una estrategia de distanciamiento pero eran pertinaces. Llamadas y más llamadas a casa de mi tía, visitas en la facultad. Entre tanto yo les había dado visibilidad de un compañero de COU que estudiaba agrónomos. En la traca final me propusieron sin ambages que no me volverían a molestar ... si les facilitaba el acceso a ese amigo. Así que, en mi inexperiencia mezclada con las ganas de perderles de vista, hablé con mi amigo, casi como si fuera uno de ellos y le convencí de lo "bueno que podría ser para él acercarse al OPUS".
Ya no les volví a ver. Mi amigo entró al Opus y creo que se hizo cura, cosa que siempre me ha dejado un mal sabor de boca, aunque en mi descargo, él entró porque quiso.
Durante tiempo he pensado en el perfil cristiano de esta gente y estoy convencido de que, amando más a su Padre que al verdadero Padre y que a Cristo, y digo esto porque la alienación con la ideología supera en mucho la adhesión al mensaje de Cristo y a la propia Iglesia Católica, como comentaba arriba, me lleva a concluir que es una secta, habiendo encastrado un verdadero cáncer fieramente destructivo en el corazón funcional de la Iglesia Católica.
Gracias por el rato que he pasado en vuestra web.
Fernando J.
