Hola Orejas, y adiós.
he decidido que ya no tengo nada más que aportar. Entre otras cosas, porque el asunto del Opus Dei es un lío en el que se han metido la Iglesia, en particular la jerarquía y el último Papa, ellos solitos, y tienen que ser ellos los que lo solucionen, porque sólo ellos pueden hacerlo, al menos en nuestra Iglesia. Y sólo ellos lo harán si tienen ganas, que de momento no parece sino todo lo contrario, como otras tantas cosas. Yo he querido aportar mi visión de la vida cristiana desde fuera de los parámetros más comunes en el Opus, a la luz de lo que se ve en la web. Si ha servido a alguien, bien.
Decía Itaca hace unos días que era necesario recopilar todos los hechos para contarrestar la hagiografía oficial del santo marqués de Peralta: yo he hablado con una persona que estaba en la Clínica de Navarra en vida de SJM.
Comprenderéis que sea forzosamente borroso, porque si no sería fácilmente reconocible Me decía que SJM iba a la CUN (Clínica de la Universidad de Navarra) con cierta frecuencia a hacerse chequeos. Cuando se sacaba análisis, la plana mayor de la Obra, el director, etc... iban al laboratorio a ver cómo iba todo. Claro, la gente se ponía nerviosísima y se le acababan cayendo los papeles, etc... Pero lo más curioso era eso, que se trataba como si fuera la salud de un gran jerarca del politburó.
Le pregunté:
- ¿Oye, X, tu conociste entonces a SJM?
- Si, alguna vez vino y nos lo presentaron.
- ¿y cómo era?
- Pues muy sencillo, muy sencillo, así como... PERO.....
El pero, es lo que más me informó, porque me lo decía torciendo la boca.
También me dijo:
- Parecía que ya sabían que era iba a ser santo. Si me llego a quedar con una muestra de sangre, ahora sería una reliquia valiosísima y me arreglaba para la jubilación, porque seguro que por ella pagaban lo que les pidiera.
En fin.
Feliz navidad y un beso a todos.
Ramón
Nota de Agustina. Querido Ramón, no hay despedidas oficiales en la web, si acaso períodos en los que, como dices, "uno no tiene más que decir. Quizá un escrito de cualquiera de nosotros, cuando menos te lo esperes, te impulsa a contestar o a opinar. Deja la puerta abierta para cuando sea menester y para cuando te apetezca volver por aquì, pero despedirse "para siempre", no. En la proximidad de lo que escribimos o en la proximidad de lo que leemos aunque no leamos con frecuencia, o en la proximidad de lo que en un día aportamos, siempre quedará un nexo de unión, que se puede volver a abrir en cualquier momento. Por eso las despedidas oficiales en esta web no tienen razón de ser o al menos, no nos las tomamos como tal. Feliz Navidad para ti también y hasta siempre. Agustina.
