Escribo muy brevemente. Una amiga me dijo que habían subido la "charla de vocación"... y el recuerdo y la curiosidad hicieron de las suyas. No aguanté las ganas de leerlo con la finalidad de desentrañar QUÉ era lo que retumbaba en mi cabeza cuando me creía con vocación.
Así que, con buena intención, leí.
Al terminar me volví a quedar simplemente desilusionada, algo molesta y también triste al ver la BAJEZA con la que mediante el empleo de argumentos dudosos (en los que por medio de una paráfrasis falaz de la Escritura se manipula al oyente al gusto del predicador), mezclados con certezas y falsedades, se va lavando el coco de la gente joven (ofreciendo algo no del todo real, pero que es presentado como venido de Dios)...
Ojalá y algún buen teólogo (bueno y teólogo) hiciera el análisis y la interpretación pertinente de tantas medias verdades que con fines claramente proselitistas (sobre todo para vocaciones de numerarios) ahí se emplean.
Únicamente dejo copia textual de uno de los argumentos que mas me escandalizan (referido a la "entrega plena" -como la de los Apóstoles, y perfectamente perfilada para dejar caer la idea de que es el tipo de entrega que se exige a un numerario), y un breve comentario:
"Lo que les llevó a entregarse por completo no fue el no sentirse atraídos por el amor humano, sino el poner por encima el amor de Dios. Por esto, para seguir esa llamada hace falta un corazón más grande, con más capacidad de amar."
Perdón, pero ¡que MALDITA capacidad para confundir y ser ajeno a que solo existe EL AMOR, y que éste se puede manifestar de muchas formas (sin tener relación con una supuesta vocación que exija "mayor capacidad de amar" -- premisa de los planteamientos elitistas que caracterizan muchas de las prédicas de miembros del Opus Dei--. AMAR es un único acto, que implica PLENITUD en cualquier circunstancia: amistad, matrimonio, paternidad, filiación, fraternidad... o alguna consagración y/o cualquier relación con Dios): "Amarás al Señor tu Dios con TODAS tus fuerzas, con TODA tu alma, con TODO tu corazón, y a tu prójimo como a ti mismo".
El pobre desgraciado que haya escrito eso simplemente deja ver que lejos, muy muy lejos está (o estuvo), de vivir y comprender el Amor de Dios manifiesto en el Amor entre los hombres.
Que Dios ayude a cambiar y perdone a los que sigan predicando eso. Y a mí también, por haberlo hecho en mis momentos de ceguera como numeraria.
"Perdona nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores".
No-nick
