Abnegado cumplidor de la voluntad de Dios. Para Nemrod.- Pero
Fecha Wednesday, 30 November 2005
Tema 070. Costumbres y Praxis


Hola Nemrod,

En primer lugar, de verdad siento que tu vida haya estado y esté “llena de dolor en el opus dei, y de agresiones físicas y morales”, y debo decir que admiro tu capacidad de atribuirlo todo a la voluntad de Dios y llevarlo por Él. Ojalá sigas sabiendo afrontar los sufrimientos con esa gallardía tuya, aunque quizá sea bueno que te plantees si no estarías mejor fuera.

 

Ahora, hay algunas cosas de tu correo/oración de la tarde que me han parecido un poco fuera de lugar. Más que nada porque a pesar del tono ese condescendiente en plan sea alabado y ensalzado por siempre el santo, santo, santo señor Dios de los ejércitos, amén, amén, amén al cubo, y yo os voy a decir a todos de qué pie cojeáis porque soy así de santo y de sufrido y os encomiendo aquí en la soberana presencia de nuestro Señor, me parece que en alguna cosita te pasas unos poquitos pueblos. Enumero:

Dices que en la web “hay mucho victimismo y negativismo de quienes no supieron ser sinceros: Hombre, pues no sé, yo te pregunto ¿cuántos de esos casos conoces tú de primera mano? ¿a cuánta gente de la web (de esa que escribe en tono victimista y negativista y que no supo ser sincera) has tratado? ¿pondrías la mano en el fuego a que eran verdaderamente personas insinceras sin conocerlas personalmente? De verdad creo que esa afirmación tuya ralla en el juicio temerario. No sólo porque lo más probable es que no conozcas los casos individuales, sino también porque estás metiendo en el mismo saco a mucha gente cuyas circunstancias y forma de ser son muy distintas. Pero en fin, si lo dices será porque tienes datos de sobra que lo justifican ¿no?

 

“En muchos de los que abandonásteis puedo detectar una falta de clara vida de oración de profundo amor a Cristo: Estupendo. Me alegro de que tu detector de amor divino marca ACME funcione correctamente, y de que tú sí tengas esa profundísima vida de oración en Cristo Jesús (Dios del universo, sumo y eterno sacerdote, aleluya, aleluya, etc) que te permite identificar tan claramente ‘nuestras’ carencias. Otro gallo nos cantaría si fuésemos como tú, supongo. Encomienda para que algún día demos la talla, porque me temo que solos no podemos (ninguno de ‘nosotros’).

 

“No supísteis defender ese carisma del 2 de octubre”: Y tú no sabes cómo me alegro. Ojalá hubiera dejado de defenderlo años antes. ¡Anda que no se está mejor fuera!

 

“No habéis sabido tener la prudencia para no entregar a personas irresponsables la propia intimidad: Entiendo que te refieres a determinados directores, porque justo en el párrafo anterior a esta cita los pones a parir diciendo que tendrán que dar cuentas por haber sido hombres malos y cuadriculados. Si es el caso me acabas de dejar bocas. ¿Dónde queda lo de que al hacer la charla con el director uno la está haciendo con el Padre?, ¿dónde queda el rollo ese de la sinceridad salvaje?, ¿dónde lo de dejarse guiar y rendir el criterio propio? ¿pero no éramos nosotros los pobrecitos que no sabíamos ser sinceros? ¿o es que la sinceridad está en decir unas cosas sí y otras no? Es la primera vez que oigo a un miembro de la prelatura aconsejar a alguien que se calle las cosas (pero es que encima vas por ahí achacando los males de los demás a su falta de sinceridad). Debo haber entendido esto muy mal. Si no, no sé qué haces todavía ahí.

 

“Siempre he tenido conciencia de que es Cristo quien me ha llamado, no tal o cual sacerdote, residente de centro, director de colegio, o director de centro: Enhorabuena, a tí te ha llamado Cristo. Otros no hemos tenido tanta suerte. Cuando a un criajo de catorce años lo persiguen, lo acorralan, lo avasallan y ‘le meten un buen paquete para que se entere’ de cuando en cuando, lo más fácil es que pite (tenga o no vocación) y, aún con el paso del tiempo, no tenga mucha conciencia de quién le llamó exactamente (máxime cuando durante años le taladraron en el coco la idea de que la vocación se ve una vez y luego ya no se discute con ella, porque eso está muy mal). Da igual si fue el estirao con gomina del director de círculo o el visionario aquél con alzacuellos enfundado en un paraguas: si no pitabas no te dejaban en paz. Eso sí, después el tortazo ya te lo pegas tú solo. Ellos ya han cumplido con traer dos o tres vocaciones al año y “pueden estar tranquilos”.

En fin, como eres un abnegado cumplidor de la voluntad de Dios ante las más adversas adversidades y yo sólo soy un pobre insincero pecador que no ama con locura a Jesucristo (el gran amigo que nunca abandona, el buen pastor que da la vida por sus ovejas, etc, etc, etc), supongo que tú te irás al cielo y yo al infierno. Eso sí, si en el cielo la gente te habla en ese tonillo tuyo paternalista, pseudo-evangélico y (un pelín) prepotente... pues me cuesta creer que valga la pena, la verdad.

 

Amén elevado a ene.

 

Pedro.

 









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