El secreto de la perseverancia.- Samurai
Fecha Friday, 11 November 2005
Tema 010. Testimonios


Sigo con las anécdotas...

Cuando yo estaba en el centro de estudios, mi querido Mernabo, el numerario que me hizo de poli bueno para que pitara, como explico en un escrito anterior, me comentó, sin yo iniciar el tema -no estaba condicionado para poder pensar en no continuar siendo de la opus- en qué pensaba cuando flaqueaba su decisión de "perseverar" -curiosa palabra- en su camino.

Por lo visto, cuando él estaba en el centro de estudios, les llevaron a un tipo que había sido numerario, que les explicó, con lágrimas en los ojos, que tras abandonar su vocación (sic) se había casado con una tía que resultó ser una puta, que se fue con otro, que sus hijos se dieron a la droga y al alcohol, que perdió su trabajo, y sufrió todo tipo de calamidades vitales. Y como digo, llorando a moco tendido les explicó a los acojonados chavales que él daría lo que fuera por no haber (de nuevo) "abandonado su vocación", y volver a ser numerario, pero que eso ya no podía ser, y que maldecía su vida mil veces y que la había tirado a la basura.

En fin, ya conocéis el secreto de la perseverancia... el condicionamiento a nivel de conciencia, y el MIEDO, sí, ese jodido miedo a condenarse que te inculcan en la opus desde el principio, en mi caso también en mi familia. Ese miedo que utilizan para extorsionarte y para chantajearte y para someter a tu conciencia. Ese miedo a defraudar a Dios. Ese miedo a que Dios no te perdone, al fin y al cabo.

El domingo pasado en Misa, al oír la lectura, imaginé que el cura la enfocaría sobre el tema del infierno. Es lo que esperaría de un cura del opus. Cual fue mi sorpresa cuando habló de cosas totalmente diferentes. ¡Qué difícil es quitarse el condicionamiento, y el miedo a Dios!

Es gratificante la libertad que se siente cuando uno se da cuenta de que definitivamente ha salido de la secta, su mente se ha liberado y que no hay por qué torturarse. En mis tiempos de "ex-en-buen-plan", aún no era verdaderamente libre. La mitad de esta libertad de que disfruto  -auténtica libertad de conciencia- os la debo a vosotros, los Orejas -gracias, Agustina-, y la otra mitad a la que hoy es mi mujer, que supo sortear mis escrúpulos de conciencia y la presión de mi familia por quitarla de mi lado y buscarme una supernumeraria de pro, y enseñarme que los caminos de Dios son más amplios que la noria con orejeras de la opus.

Un saludo a todos.

Samurai.

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