Fui numerario dos años, de los 20 a los 22, ahora tengo 40, hay muchas cosas que me he guardado, no es hasta ahora, 18 años despues que consigo explayarme lo suficiente, a proposito de la salida de un amigo mio, bueno salida no, lo sacaron despues de 25 años. Eso me revivio muchas cosas y una furia que ni te cuento.
La carta se la escribi a un amigo mio, Marcial, que me escribe acerca de la ira que el dice que siento, que la mera verdad es real.
Mi querido Marcial tienes toda la razón, han pasado 18 años y sigo enojado como si hubiese pasado solo un día. Los aborrezco, aborrezco a la religión, especialmente al Opus Dei. Alguien debería prohibir esas sectas que hablan en nombre de Dios. Y conste que digo que aborrezco a la Religión, a la Iglesia que les da cabida y al Opus, no así a mi Dios, que tarda, pero no olvida. Con El es otra cosa, sigo siendo creyente y es un hecho patente en mi vida, no como palabras sino como hechos, pero de eso no hablare. Hablaras tú si tenemos la gracia de ser amigos.
La cosa es mi querido Marcial que para mi la religión si es el opio del pueblo. Has visto alguna vez los efectos del opio o de algún otro tipo de droga en las personas? te darás cuenta que producen un adormecimiento del intelecto, abstracción de la realidad (la real) y reducen al ser humano a los caprichos de la droga, lo que significa que anula la voluntad y la inteligencia, justamente lo que nos hace imagen de Dios.
Odio escribir esas pastorales que llenan y llenan páginas, son ilegibles, al menos para mí, porque uno invierte mucho tiempo en ellas, prefiero los escritos cortos así que tratare, de que este tratado sobre el odio a la religión y al Opus Dei sea breve.
No voy a negar que mucho de lo que siento es producto de sentirme rechazado, humillado, separado, excluido, diferenciado por un tema de mi vida que para todos debería entrar en un quinto o sexto lugar del orden de jerarquías, admito que por ahí es donde comienza enfado, porque para mi, y solo para mi, debería es importante a quien digo cada día y noche, -te amo príncipe-
Pero bueno fue útil tu intervención para preguntarme sobre mi y sobre el papel de la religión en mi vida, -et super hanc petram edificavo eclesiam mean- significa –y sobre esta piedra edificare mi iglesia- mi padre a veces me pregunta sobre cual es la piedra y sobre cual es la iglesia, el dice, que la piedra es uno y que al parecernos a Jesús de Nazareth somos su iglesia, pero dice que es un asunto personal, no de confesión publica, cosa que personalmente creo.
Hace dos décadas no entendía las cosas así y parecía mas bien que el asunto de pertenecer, de ser miembro, de ser un escogido, de tener vocación, era lo importante, como engañan a la gente estos hijos de su p… madre.
Pero a las pruebas me remito, no sin antes recordar la advertencia que dice en las cajetillas de cigarros –fumar puede ser nocivo para la salud. En todas las iglesias, en todas y cada uno, el Ministerio de Salud debería imponer una advertencia que diga –Si entras podrías perder la fe- o algo así, o tal vez, un largo rosario de ejemplos, como este: Una vez un amigo se iba para Idaho (aidajow), a un lugar que se llama Cedar Rapids, por alguna extraña razón –tal vez el miedo a volar- me contacto para que le sacara cita con don Alberto, un cura. Mi amigo Jorge quería hacer una confesión, pues decía, que temía no poder hacerlo y quería irse con la conciencia limpia.
Saque su cita y de paso lo invite a almorzar en la Residencia - no diré que fue a miravalles- pero para los que saben, 120 colones de esa época costaba el almuerzo. Cuando mi superior jerárquico (en la estructura de la “casa”) se entero que me gastaría 120 colones en un almuerzo se enfureció y me recordó que éramos parte de “una familia numerosa y pobre” y que no podíamos darnos ese lujo, de nada valió que le explicara que mi amigo se iría, tal vez para no volver, de nada valió que le dijera que mi amigo creía que necesitaba hablar con un sacerdote, de nada valió mil razones uno con 21 años tiene mucho corazón y muy poco seso, Gabriel –mi superior- solo contesto al estilo del Opus, -eso son razonadas sin razones- Hay Gabriel C. cuanto de detesto.
Pero en aquel momento solo pensé -misericordia quiero y no sacrificio dice el señor- Bueno, finalmente mi amigo se confeso, don Alberto le dio la absolución, pero se fue para Idaho con el estomago vacío y el Opus se quedo sin otro fanático, yo.
Pero fanático de las grandes ligas, si claro fanático, yo era católico guerrillero, al mas puro y ortodoxo estilo de Torquemada. Con mucha pena lo reconozco, con decirles que una vez, casi castigo con una faja a su hermana menor por andar con un divorciado, ella tenia 18 y el 20, a esa edad todo el mundo debería darse besos de tornillo, pero que mierda, yo era parte de la guardia pretoriana de la verdadera y única iglesia del señor. Y si, si pensaste, te diré que también volví locos a mis padres con eso de la planificación familiar y con todas mis andanzas de caballero defensor de la fe.
Para que veas que no son cuentos de un muchacho enojado, puedes pasar por opuslibros.org. Omití contarte la historia de Troy (mi mejor amigo), la de Euler y Kepler (otros dos amigos) también la de mi amigo Juan, quien luego de 25 años de servicio a las almas, fue sacado por la puerta pequeña, sin devolverle los 25 años de salarios de ingeniero que les había entregado como símbolo de pobreza, castidad y obediencia. A la calle simplemente, sin casa, sin “familia en el señor”, sin Dios, ni iglesia, un hombre de 40 años, solo de pronto.
Si mi hermanito, los detesto, a ellos y a lo que representan, y te juro que el día del final estaré allí para señalarles, presentar mi caso contra ellos.
Amen y amen.
No te equivocas, para nada, diste en el clavo.
