Bien decía el lunes Nacho que cierto "intelectual" universitario madrileño que se jacta de no haber leído jamás un libro (fuera de los ascéticos recomendados o impuestos en el Opus Dei) en realidad es un analfabeto funcional.
Diré algo más. Los numerarios, agregados y supernumerarios que obedecen el criterio impuesto por el Opus Dei a su grey, a la que pertenecen como fieles, son unos ignorantes. Ignorantes con título de licenciado universitario e incluso de doctor, pero auténticos ignorantes en dos aspectos importantísimos: en el conocimiento de su propia fe, la católica, y en la puesta al día de las corrientes de pensamiento y literarias.
Si no son obedientes, y leen por su cuenta, e incluso discuten con amigos y colegas sobre esas cuestiones, pronto serán advertidos, corregidos y sancionados. Díganlo si no quienes se soman a hurtadillas a estas líneas desde el altísimo castillo del marqués de la alta pera, y convengan conmigo en que si obedecen no se enteran de nada y si se enteran no obedecen.
Me gustaría dar un nombre, para que algún listillo no me venga tocando las narices, pero no puedo hacerlo. Pertenece a una delegación, no diré el país, en la que ocupa una vocalía. Es licenciado universitario y ejerció por un tiempo con cierto éxito una profesión civil, pero la dejó por el trabajo interno sin remuneración ni seguridad social. Pues este buen hombre ridiculiza las inquietudes intelectuales que llevan a conocer mejor la exégesis bíblica, los documentos neotestamentarios e incluso los procedimientos de análisis que el propio Ratzinger y su amigo Küng propiciaron en los años sesenta del siglo pasado. Para este "director" te tiene que bastar el catecismo, y punto. La fe del carbonero y punto, suponiendo que el carbonero sea un cretino.
De libros de actualidad sólo le intreresan y medio lee los escritos por personajes de reconocida adscripción a la derecha política y a la ortodoxia religiosa. El mismísmo José Antonio Marina, que es un filósofo español inteligente, abierto, nada sospechoso de ateísmo ni antirreligioso, es, para este director, un escritor "poco claro". Así que con él, y con los que son como él, no se puede hablar de nada, a no ser que sea para decirle amén a todo. Y eso que el santo marqués dejó por escrito que los numerarios son (tal vez ¿eran? o ¿éramos?) la aristocracia de la inteligencia..., convertida en infantilismo. Eso debe de ser la infancia espiritual de marras, pero como la unidad de vida es el meollo del éxito en el Opus Dei, la deducción es lógica: infantilismo general. Y ¿qué hay más ignorante que un niño?, pues muchos niños juntos. Y no digamos nada de toda una prelatura de niños: ignorancia para dar y vender, en realidad para vender, porque estos no dan nada, ni agua.
Yo firmé la carta, la firmaría mil veces y voy dejando copias de lo que sacó religión digital para que se entere más gente.
Bastián
