Querida Agustina:

 

Por favor, no te caigas. Fue magnífico que presentaras a la opinión del mundo el texto redactado por quienes han pertenecido a la institución y han tenido el coraje de firmar y presentarlo personalmente en organismos de la Santa Sede.

 

La crisis que provoca en las personas el Opus Dei no es ningún “best seller” en el Vaticano de modo que, personalmente, pienso que no hay un “antes” y un “después” del escrito.

 

Saben de sobra lo que ocurre lo cuál no significa que adopten medidas directas. Sacerdotes que han pedido dispensa de su estado, canonistas que han hecho presentaciones fundadas, simples numerarios que a través de sus Obispos han hecho llegar su opinión.

 

El silencio del Vaticano es significativo; puede ser que la política consista en "dejar hacer, dejar pasar" y simplemente el próximo Prelado. . . no sea nombrado Obispo. Todavía estamos cerca del máximo calor curial a favor del Opus.

 

A quienes no hemos suscripto, por las razones que sean,  el texto que tu colocaste en la web, sin ser de tu autoría, nos queda la vía del Obispo local o bien del Nuncio de cada país.

 

Podemos realizar presentaciones individuales o colectivas. Podemos señalar los hechos que consideremos oportunos, expuestos de la manera que nos parezca más apropiada.

 

Como no espero nada contundente de Santa Sede respecto del Opus Dei solo me conformo que quienes deseen saber la verdad no se nutran en forma exclusiva de la historia oficial.

 

Eso, querida Agustina, se debe a que has desencadenado un aluvión de transparencia fascinante por el cuál siempre te estaré agradecido.

 

Segundo