Parece que Iván toma pie, como él bien dice, de mi escrito del 31 de octubre para hacer una serie de aclaraciones sobre el documento Declaración sobre el Opus Dei que se presentó en el Vaticano el 25. Sin embargo nada de lo que dice tiene que ver con mi opinión. Otra cosa: yo firmé sin que nadie me obligase a ello. Incluso tuve tiempo para retirar mi firma y no lo hice.

Pienso yo, Iván, que nadie nos pidió firmar en blanco. Que, por cierto,  y porque tú lo dices, me entero ahora que os hacían firmar en blanco contratos de venta. Eso sí que es grave y, pensándolo bien, también se podía haber incluido tu experiencia en ese documento que se presentó en el Vaticano. Basándonos en tu testimonio, claro.

Y ahora quiero poner unas letras a mi querida Agustina: Sé que nada tuvo que ver la web con la nota de prensa enviada a Religión Digital. Yo quise hacer patente mi disgusto por el mismo cauce por el que conocí de la existencia del escrito. Nada más. Siento tu disgusto y no sé cómo decirte que te agradezco, y creo que me hago eco del sentir de miles, que hayas abierto esta página. Que no trabajamos por ella lo suficiente, que sólo vemos los fallos y que es muy fácil criticarlo todo sin aportar nada. Un deporte muy español, por otra parte.

Me ofrezco a trabajar por la web, Gus, pero ya no quiero ser Oreja. Quiero ser la primera Orella de esta página. Y te emplazo para que digas cuándo y dónde nos tomamos un Ribeiro o un Albariño, comme il faut, con Ántrax, Marypt y Tlin, a los que doy las gracias por su cariño hacia mí (debería decir "por su cariño hacia mi persona del que no soy merecedora", pero estaría mintiendo..).

Un beso a todos

Inés