Tiene usted toda la razón del mundo, caballero:

 

La dichosa monjita que barría afanosamente el suelo con el cabo de la escoba (Pater dixit) hubiera encontrado su acomodo en el Opus Dei a las mil maravillas. Lo que sucede es que la bigotuda y malévola superiora nunca le hubiera ordenado barrer el suelo con el rabillo de la escoba (hoy mopa): se lo hubiera "aconsejado". Claro que el efecto hubiera sido el mismo, ya que esa tierna criatura creería a pies juntillas en los gnomos, vgr. en la gracia de estado del monstruito de la superiora (hoy, "directora").

 

Claro que hubo quien dijo, cuando le ponían en la tesitura de hacer lo que le salía de sus partes nobles al "aconsejante" o "recomendante", que a ver si era cierto eso de que en CASA no hay órdenes, sino meras recomendaciones o afines. Estas situaciones sumen al superior o director contradicho en estados oscilantes entre la estupefacción y la cólera, lo que resulta sumamente entretenido para el sujeto activo.

 

-          Pues mire vueseñoría reverendísima: capto el mensaje, pero no me siento inclinado a seguir su sabia recomendación, de modo y manera que voy a seguir mi criterio con "libertad de espíritu" (Pater dixit) y, en consecuencia, operaré de acuerdo con el dictamen de mi pequeña conciencia. Por fortuna aplicaré al caso una "santa desvergüenza" que no se la salta un galgo.

 

Es muy gracioso y de fácil aplicación.

 

Lo malo es que hay sujetos con el coco tan devorado, que también pican a eso, lo que aporta a la institución una notable renta de dominación y puteo (en castellano derecho).

 

Otro día hablamos de Política de Dios, gobierno de Cristo y tiranía de Satanás y otras quevedescas cuestiones.

 

Por cierto: ¿quién ha osado excluir a Inés de esa inservible carta al Vaticano?

 

Besos.

Antrax