Para mí este sitio no es contra la Iglesia.- Tartarín
Fecha Friday, 28 October 2005
Tema 140. Sobre esta web


Hola a tod@s:

 

Cada cierto tiempo llegan a este foro personas que desde distintas visiones negativas de la Iglesia pretenden una especie de declaración en contra de la Iglesia de parte de la Web como Juan Pablo el pasado miércoles (reconozco la buena educación de Juan Pablo y no lo critico personalmente, solo quiero aclararle mis ideas respecto a este tema).

 

Mi respuesta a Juan Pablo & Co. es que la Iglesia y la Obra desde el punto de vista doctrinal no tienen mucho que ver en los puntos que en Opuslibros le criticamos al Opus. A continuación desarrollo algunas ideas relacionadas con esta afirmación...



Primero, la Web es tolerante en estos temas y no tiene carácter confesional, ni anti-confesional.

 

Aunque no sé si venga a cuento enlazo con el escrito de Cooper  (¿Otra vez la Santa Coacción?.- Cooper) acerca de la conciencia y la coacción que, según algunas visiones de la moral, debería exigir la ley civil para que se respeten aquellos Derechos Humanos que parece que solo la Iglesia está interesada en defender.

 

Cito a Cooper:

 

En países de mayoría no católica, la Iglesia predica, solicita y desea básicamente libertad para que los católicos puedan practicar sus creencias. En esos países la Libertad de Conciencia es un fin bueno.

 

Sin embargo cuando la Iglesia gana fuerza suele  cambiar su doctrina y ya no se conforma con la Libertad, predica la conveniencia, (algunos predican la obligación),  de que su doctrina sea la base de la legislación. Ya no basta la Libertad, hay que ir a la sumisión.

 

Personalmente no creo que este cambio de mentalidad esté basado en el Evangelio, sino más bien en otros factores humanos de fácil comprensión. En el Evangelio se invita a seguir a Dios, a perdonar, a querer, nunca se habla de obligar.

 

Para evitar el riesgo de malinterpretar a Cooper me adelanto a decir que lo que voy a manifestar es mi propia impresión acerca de su envío. Me parece que estoy de acuerdo con la idea de Cooper de que una visión equilibrada de la libertad de formarse uno mismo la conciencia es que la legislación les permita a los católicos practicar sus creencias con todas las dificultades de interpretación que esta afirmación puede tener.

 

Por ejemplo, y ¿por que no garantizarle los mismos derechos a los musulmanes, a los de la secta Moon o incluso a las sectas destructivas? Sin profundizar mucho en el asunto me atrevería a decir que los límites de los derechos de cada practicante de la religión serian los de cumplir con las leyes civiles, sin incurrir en practicas delictivas. Pero aquí acecha el peligro del relativismo, porque ¿No sería entonces algo arbitrario que los católicos pretendieran que todas sus creencias les prohíben violar las leyes pero luego cuando se ve que no les conviene pidieran una modificación de las leyes para poder cumplirlas? Esto mismo vale para las otras religiones.

 

El equilibrio estaría en que en aquellos países donde los católicos fueran mayoría en el parlamento, o simplemente mayoría en la población, estos no pretendan que la legislación impusiera a la fuerza aquellas prohibiciones que parece que solo ahora pertenecen a la Fe Católica.

 

Digo que “parece” que ciertas doctrinas hoy solo las defiende la Iglesia porque en algunos temas la Santa Sede ha hecho causa común con los musulmanes –por ejemplo en ciertos temas de la moralidad sexual y de defensa de la vida- y esto es una muestra de que la doctrina moral católica no es la única que defiende ciertos valores. Otro caso curioso se presenta en los Estados Unidos donde prácticamente grupos evangélicos muy poderosos son los que han impuesto limites a un tema polémico como es el de las uniones tipo matrimonio entre homosexuales. Curiosamente solo recuerdo ejemplos que tienen que ver con temas de sexualidad humana y de defensa de la vida de los mas débiles como los no nacidos y los enfermos terminales, pero creo que esto es una muestra de que estos son temas que luego tienen consecuencias en otros aspectos de la vida humana.

 

Bueno como se ve el tema no es nada simple, porque para comentar el texto de Cooper he tenido que hacer varios incisos y no he aclarado todas las dudas que pueden levantar estos. Pero me atrevo a dar una respuesta personal (JAJAJA esto me recuerda a Santiago M., el del “falso satur”).

 

La Iglesia católica presta, a mi modo de ver, una gran ayuda a las conciencias recordándoles ciertas verdades que a veces “duelen”, en temas que son de gran importancia para que se respete la dignidad de la persona humana. Por ejemplo en los temas antes mencionados: la no cosificación del sexo que termina en una cosificación de las personas y especialmente de la mujer que suele ser mas vulnerable en estos temas por cuestiones naturales y culturales y la defensa del derecho a la vida de la persona humana en dos de sus momentos mas vulnerables (antes de nacer y a la hora de padecer una enfermedad terminal). Además, la Iglesia tiene una doctrina social que tal vez se estudia poco, yo me cuento entre los perezosos, y menos se pone en practica. Pero me parece que no debe ser casualidad, ni cuestión de “marketing” que muchos documentos de los Papas y de la Iglesia se refieran al tema social y a la erradicación de la explotación económica del hombre por el hombre (ver Constitución Pastoral, Gaudium et Spes del Concilio Vaticano II, por ejemplo).

 

Además, a partir del Concilio Vaticano II el colegio episcopal cae en la cuenta de que mucha gente no católica puede estar muy cerca de la Verdad sin que pertenezca a la “Iglesia Visible” y extiende, por decirlo de algún modo, los limites de la Iglesia fuera de la Iglesia Institución:

 

Cito el CEC nn. 846-848:

"Fuera de la Iglesia no hay salvación"

846 ¿Cómo entender esta afirmación tantas veces repetida por los Padres de la Iglesia? Formulada de modo positivo significa que toda salvación viene de Cristo-Cabeza por la Iglesia que es su Cuerpo:

El santo Sínodo... basado en la Sagrada Escritura y en la Tradición, enseña que esta Iglesia peregrina es necesaria para la salvación. Cristo, en efecto, es el único Mediador y camino de salvación que se nos hace presente en su Cuerpo, en la Iglesia. Él, al inculcar con palabras, bien explícitas, la necesidad de la fe y del bautismo, confirmó al mismo tiempo la necesidad de la Iglesia, en la que entran los hombres por el bautismo como por una puerta. Por eso, no podrían salvarse los que sabiendo que Dios fundó, por medio de Jesucristo, la Iglesia católica como necesaria para la salvación, sin embargo, no hubiesen querido entrar o perseverar en ella (LG 14).

847 Esta afirmación no se refiere a los que, sin culpa suya, no conocen a Cristo y a su Iglesia:

Los que sin culpa suya no conocen el Evangelio de Cristo y su Iglesia, pero buscan a Dios con sincero corazón e intentan en su vida, con la ayuda de la gracia, hacer la voluntad de Dios, conocida a través de lo que les dice su conciencia, pueden conseguir la salvación eterna (LG 16; cf DS 3866-3872).

848 "Aunque Dios, por caminos conocidos sólo por Él, puede llevar a la fe, 'sin la que es imposible agradarle' (Hb 11, 6), a los hombres que ignoran el Evangelio sin culpa propia, corresponde, sin embargo, a la Iglesia la necesidad y, al mismo tiempo, el derecho sagrado de evangelizar" (AG 7).

Además sobre el tema de la libertad religiosa vale la pena leer completa la declaración Dignitatis Humanae (DH), como abrebocas cito dos textos de la DH:

 

“1. Los hombres de nuestro tiempo se hacen cada vez más conscientes de la dignidad de la persona humana, y aumenta el número de aquellos que exigen que los hombres en su actuación gocen y usen del propio criterio y libertad responsables, guiados por la conciencia del deber y no movidos por la coacción. Piden igualmente la delimitación jurídica del poder público, para que la amplitud de la justa libertad tanto de la persona como de las asociaciones no se restrinja demasiado. Esta exigencia de libertad en la sociedad humana se refiere sobre todo a los bienes del espíritu humano, principalmente a aquellos que pertenecen al libre ejercicio de la religión en la sociedad. Secundando con diligencia estos anhelos de los espíritus y proponiéndose declarar cuán conformes son con la verdad y con la justicia, este Concilio Vaticano estudia la sagrada tradición y la doctrina de la Iglesia, de las cuales saca a la luz cosas nuevas, de acuerdo siempre con las antiguas.

 

Confiesa asimismo el santo Concilio que estos deberes afectan y ligan la conciencia de los hombres, y que la verdad no se impone de otra manera, sino por la fuerza de la misma verdad, que penetra suave y fuertemente en las almas. Ahora bien, puesto que la libertad religiosa que exigen los hombres para el cumplimiento de su obligación de rendir culto a Dios, se refiere a la inmunidad de coacción en la sociedad civil, deja íntegra la doctrina tradicional católica acerca del deber moral de los hombres y de las sociedades para con la verdadera religión y la única Iglesia de Cristo. Se propone, además, el sagrado Concilio, al tratar de esta verdad religiosa, desarrollar la doctrina de los últimos Pontífices sobre los derechos inviolables de la persona humana y sobre el ordenamiento jurídico de la sociedad.”

 

Los límites de la libertad religiosa

7. El derecho a la libertad religiosa se ejerce en la sociedad humana y, por ello, su uso está sujeto a ciertas normas que lo regulan.

En el uso de todas las libertades hay que observar el principio moral de la responsabilidad personal y social: en el ejercicio de sus derechos, cada uno de los hombres y grupos sociales están obligados por la ley moral a tener en cuenta los derechos de los otros, los propios deberes para con los demás y el bien común de todos. Con todos hay que obrar según justicia y humanidad.

Además, puesto que la sociedad civil tiene derecho a protegerse contra los abusos que puedan darse bajo pretexto de libertad religiosa, corresponde principalmente a la autoridad civil prestar esta protección. Sin embargo, esto no debe hacerse de forma arbitraria, o favoreciendo injustamente a una parte, sino según normas jurídicas conformes con el orden moral objetivo.

Siguiendo con el tema, también me gusto el envío de EPI (El nacionalismo es más estúpido que anticristiano.- EPI):

 

Cristo extendió su doctrina a todos, no sólo a los judíos. Y ahora se trata de extender los Derechos Humanos y la vida digna a todos. Mejor que mi pueblo, España; mejor que España, Europa; mejor que Europa, el mundo, y por encima del mundo sólo los Derechos Humanos.

 

El tema central de la doctrina de la Iglesia es la defensa de la dignidad humana, ahí esta la razón de que algunos persistamos en “comprar” además el resto del paquete: Dios como Trinidad de personas, la economía/historia de la salvación y los sacramentos. Y esto a pesar de los errores de algunos católicos, incluso de aquellos que por su posición de responsabilidad deberían dar mejor ejemplo.

 

Para mi desde el punto de vista de un outsider que no tenga intereses creados en temas económicos la doctrina de la Iglesia respecto al orden sobrenatural es bastante inofensiva hoy cuando en ningún país de la tierra se le impone a nadie en que religión creer. Es a lo mas una “cuestión de nombres” como algún escéptico romano que aparece en el Nuevo Testamento dijo con mas claridad refiriéndose a las disputas de los primeros discípulos del Señor con las autoridades judías.

 

Por que el problema de fondo de algunos opositores a la Iglesia de hoy en día un problema de intereses creados y no del peligro que la Iglesia represente para la libertad de las personas. Me refiero al plano económico, por ejemplo temas como la pornografía y la prostitución que en esta época llegan a limites inconcebibles, y eso en países “civilizados” o con la complicidad de personas de esos países.

 

El segundo problema, según mi opinión, es el de la “ortodoxia inversa” que pretende crear nuevos “dogmas” acerca de lo que seria bueno para el hombre. Estos dogmas son prácticamente el reverso de la moral católica respecto a algunos temas y muchas veces son la pretensión de un apoyo exterior a las propias convicciones. Es aquella posición que pretende que lo legal se identifica con lo moral.

 

Mi respuesta final a todo este embrollo es que la conciencia es un lugar donde cada uno se encuentra “a solas” con uno mismo (y con Dios si uno tiene alguna convicción religiosa) y que en este tema vale el lema: que cada palo aguante su vela. O sea que es un poco infantil buscar en Opuslibros o en cualquier otra parte la seguridad de que la Iglesia católica es lo mejor o lo peor que le pudo haber ocurrido a la Humanidad.

 

Si para algunos la doctrina de la Iglesia es valida total o parcialmente, o es una ayuda para formar su conciencia, esto es algo que los demás deben respetar y no buscar el apoyo para criticarles o alabarles en sus convicciones confesadas verbalmente sino en su comportamiento personal individual. Lo demás, es caer en el mismo fanatismo que se le achaca a la Iglesia –muchas veces con razón, en esto el Concilio Vaticano II es muy claro- de prejuzgar a la persona por su pertenencia a algún grupo político, étnico, ideológico, religioso, cultural, etc.

 

En esto me gusta parafrasear aquella máxima de Pascal: ante Dios (y la Iglesia) hay que apostar, pero apostar con conocimiento de causa y siendo dócil a las exigencias de la propia conciencia que aunque es difícil de acatar a veces es una buena ayuda. Este riesgo de la apuesta se pone claro con un ejemplo: cuando uno deba considerar la posibilidad de ejercer la objeción de conciencia ante una ley que uno considera lesiva para la dignidad humana. O sea que actuar en conciencia le puede exigir a uno el riesgo de quedar por fuera de la ley humana y que este “martirio” sirva de testimonio.

 

El hecho de que no nacimos aprendidos y la búsqueda del bien común sustenta el derecho que tienen los católicos y cualquier convencido de la rectitud de sus convicciones de ser “misioneros” de la verdad, primero en la propia familia y luego en la sociedad, ya que todos dependemos de todos y más en esta aldea global. Porque en general, los que no son tan rectos jamás renuncian a ser misioneros de sus errores.

 

Aquí en opuslibros muchos no somos escépticos y relativistas por lo que veo, posición ante la vida que me parece valiosa.

 

O sea que menos preocuparse por la mota en el ojo ajeno y mas acción para eliminar la viga en el propio.

 

Saludos cordiales,

 

Tartarín







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