Un pie afuera.- Maurina
Fecha Monday, 24 October 2005
Tema 020. Irse de la Obra


Hola a tod@s,

Llevo varios días intentando escribir y no he podido hacerlo hasta ahora ya que me gustaría comentar dos cosas.

Primera.- En cuanto a la iniciativa de enviar una carta al Vaticano pidiendo una investigación me parece fantástico pero mis circunstancias personales me impiden ahora suscribir el documento aunque, repito, no porque no me identifique con la iniciativa. Respecto al comentario de Kaiser del día 17/10/2005 referente a dicha iniciativa diciendo que no le parece el momento adecuado no lo comparto. No se trata de preparar una macrodemanda judicial (o así lo entiendo yo) aunque pudiera ayudar a ello si llega ese momento sino de pedir una investigación sobre concretos puntos. Reitero mis felicitaciones a Agustina y compañía.

Segunda.- Respecto a la carta de Happy_2 publicada el día 17/10/2005 me gustaría contestarle porque me ha venido a la memoria la "gota que colmó el vaso" en mi caso.

Estimado Happy_2, no pretendo darte la fórmula que resuelva tu crisis. De tu carta me llamó a atención el hecho de que te alarmó que tu director te pidiera que te robotizaras para seguir adelante... Pues eso es lo que hay. Pero ten en cuenta que este consejo puede seguir vigente de por vida. Destaco también de tus líneas finales: "...salirme de casa me da mucho miedo, pero a la vez me da miedo quedarme si no era lo mio..." ergo...

En fin, te cuento mi "gota que colmó el vaso". Yo era recién licenciado en Derecho, haciendo la Escuela de Práctica Jurídica en una provincia que no era la mía natal. O sea que toda mi familia de sangre estaba lejos. Buscando trabajo. Cuando consultaba alguna oferta de trabajo que me hacían al director del centro (trabajos basuras pero trabajos al fin y al cabo que me permitían, por lo menos, cubrir mis gastos, que ya era hora...) siempre había inconvenientes. Los más eran de horario. Claro, todos los trabajos eran de mañana y tarde. Lo normal. Y no podía atender el centro por las tardes. Lógico. Otros trabajos no convenían porque no eran de lo mío. También normal. Otros porque pagaban muy poco (a ver qué me iban a ofrecer con mi experiencia laboral). Todas las ofertas (y fueron unas cuantas) con pegas. Y me fui quemando. Sobre todo porque los consejos venían de un señor que acabó su carrera de historia y empezó a trabajar en un colegio obra corporativa y después en otra y en otra... además, el tío trabajaba a media jornada (para atender el centro, claro) y le pagaban casi el 100% creo que comentó un día. Llámale falta de visión sobrenatural por mi parte pero falta de conocimiento de cómo está el mercado laboral de licenciados en España por su parte, toda.

Ese era el ambientillo cuando le planteo asistir a la cena de fin de curso de la Escuela de Práctica Jurídica (unas 20 personas). El director me dijo: "ya te diré algo". Gran logro, pensé yo, se lo va a pensar por lo menos. Un par de días antes de la cena yo, obediente, aún no había confirmado asistencia esperando la "recomendación/consejo/orden" que me ayudara "libremente" a tomar la decisión correcta. Me llama el director aparte y me empieza a preguntar cosas como: ¿habrá chicas en la cena? ¿después iréis a tomar una copa? ¿dónde? En fin, como yo llevaba desde los 14 años en la opus, sinceramente, del tema "salir por la noche" sabía más bien nada. Y las preguntas que me hacía mi director indicaban que sabía menos que yo, o sea, que estaba en negativo por lo que el consejo/instrucción/orden no podía ser otro que (para no pillarse los dedos, supongo) NO aparte de aducir otras razones de pobreza y que pensara en el pobre hermano mío que me tendría que esperar a que volviera... Además, aunque quisiera desobedecer no tenía ni un duro (moneda legal por aquel entonces en España) en el bolsillo por lo que, en la práctica, no podía ni eso, ni desobedecer.

En ese momento el robot o autómata en que estaba convertida (fidelidad hecha y todo) sufrió un "system error" casi definitivo.

Varios meses después le dije a quien escuchaba mi charla que me quería ir de casa. Hasta que no dije eso en la charla, fatal. Estuve muchos días pensando en las palabras exactas que debía pronunciar porque no sabía ni cómo decirlo. Al final opté por un diplomático: "creo que me quiero ir de casa", literal. Cuando esperaba yo el guión de respuesta me encontré con un: "Habla con N". Me asusté y me alegré. El susto vino porque me di cuenta de que ya había abierto la puerta y tenía que seguir para afuera con todo lo que implicaba y de lo que no tenía ni idea ni de trámites ni de plazos. La alegría porque no llegó el guión de: "tira para adelante a contrapelo o arderás en la gehena eterna...".

Con el tiempo he llegado a la conclusión de que lo directores esperaban de alguna manera que me fuera. Es una sensación que tengo ahora.

Bueno Happy_2, perdona si te aburrí con la historieta pero seguro tu situación se parece a la mía y a la de tantos.

Un abrazo para tod@s,

Maurina









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