Un abrazo 'de oso'.- Agustina
Fecha Monday, 24 October 2005
Tema 130. Agradecimientos, felicitaciones


Queridos todos,

me resulta imposible contestar uno a uno, todos los correos de apoyo que me habéis enviado por la enfermedad y posterior muerte de mi padre. No sabía yo que tenía tantos amigos (aunque me lo imaginaba)... Gracias de corazón y os cuento algunas cosas (en plan confidencial, claro).

Mi padre tenía 86 años. Fue ingresado el lunes pasado y murió, sereno y sonriente, el viernes por la noche. Tenía algo de demencia senil por lo que sus hijos y mi madre, estamos seguros que en su consciente inconsciencia, no se dio cuenta de dónde estaba ni lo que le pasaba. He de decir que recibió la extremaunción cogido de mi mano y le puse una estampa de la Virgen en lo alto de su cama (estampa que pregunté a mi cuñada supernumeraria si llevaba encima -no servía ninguna estampa más en caso de negativa- porque yo sólo tenía en mi bolso un recordatorio de la primera comunión de uno de mis sobrinos y no procedía).

De él puedo decir que fue un buen padre, un católico casi practicante, nada beato, y muy de derechas. Aunque a sus hijos a veces no nos reconocía, cada vez que veía en la TV a Carrillo o a Zapatero, los reconocía perfectamente y no eran jaculatorias las que les dedicaba. Era militar. Aprovechó que hace unos 15 años le amputaron un dedo para inventarse, cuando alguien se daba cuenta de que, por ejemplo, cuando se ponía guantes, algo fallaba... de que había perdido el dedo en la guerra.

Echando la vista atrás, cuando le dije que era del Opus y que me tenía que ir de casa, se opuso todo lo que pudo y más. En aquél de entonces (primera mitad de los años 70), la mayoría de edad eran los 21 años en España. Yo tenía 18 y si él no lo autorizaba, no me podría marchar. Lo autorizó -estoy segura- por dejar de oír mis llantos y mis charlas sobre que Jesús también tuvo que dejar a su madre para cumplir su misión; pero aún enfadado, me repitió hasta la saciedad que me acordara siempre de que mi casa era su casa y –textual- “que volviera lo antes posible”. Tardé 9 años. Me recibió con los brazos abiertos y en esos momentos duros de la vuelta, tuve todo su cariño, su apoyo moral y económico, y su alegría por el regreso.

Ah! y cuando me presentaba a alguna persona desconocida para mí, decía: “aquí mi hija Agustina, soltera... soltera porque ella ha querido, claro”. Y esa presentación suya se quedó como gracieta entre mis hermanos, que siempre me la recuerdan cuando están en plan gracioso. Y mi madre, que se preocupa por qué será de mí el día de mañana al no estar casada, me dice: "¿ves? si te hubieras casado con..., que hoy es alcalde de... hoy serías ¡alcaldesa!" Las madres tienen un punto de vista muy peculiar en algunos temas.

Os doy un “abrazo de oso”, que son los que dice Jacinto Choza que hay que dar para que se note el cariño, y nos seguiremos viendo por la web, que tenemos mucho trabajo por delante.

Agustina









Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=6189