En estos momentos sólo pretendo enviar mi agradecimiento y mi felicitación a Isabel de Armas Serra. He leído con atención e interés su documentado, desapasionado, bello y provechoso libro. Creo que su testimonio y sus análisis pueden hacer mucho bien al Evangelio, a la Iglesia y, sobre todo, a las mujeres y a los hombres buenos, a los de buena voluntad, a los honrados, a los esperanzados.
Un abrazo, J.A.H.G.