Queridos amigos:
Llevaba tiempo sin visitar la página cuando me encuentro esta disputa entre Satur, Ántrax y otros acerca del dichoso Estatuto catalán y del apoyo que le prestan algunos políticos del Opus Dei.
¿Se puede ser nacionalista y cristiano? Sí, pero sólo si uno es un poco cateto y frenticorto. Lo malo del Estatuto catalán no es sólo que propugne una escuela laicista y abra la mano al aborto, sino sobre todo que cae en la simpleza de pensar que existe un ente suprahumano llamado Cataluña la cual tiene derecho a decidir cuáles son sus fronteras terrenales y qué lengua tienen que hablar sus habitantes. España es otro ente suprahumano, pero al menos en él tienen cabida más tipos distintos de personas y de lenguas. Español es quien ha nacido en España, se llame Mohamed o Johan, y no es una cuestión de sentimientos, sino una pura casualidad y una mera cuestión administrativa. Convertir una casualidad en una lucha política me parece una solemne memez.
Tengo para mí que lo auténticamente cristiano es considerar que todos, por el simple hecho de ser humanos, tenemos derechos humanos y éstos son iguales para todos y en todos los sitios. Así que lo magnánimo, lo generoso, lo inteligente es ampliar esos derechos a todos, y no cerrar fronteras para que los que estemos dentro nos lo montemos mejor que los vecinos, los cuales no tienen el privilegio de quedarse dentro porque no hablan catalán o no bailan flamenco.
Cristo extendió su doctrina a todos, no sólo a los judíos. Y ahora se trata de extender los Derechos Humanos y la vida digna a todos. Mejor que mi pueblo, España; mejor que España, Europa; mejor que Europa, el mundo, y por encima del mundo sólo los Derechos Humanos. Lo demás es una solemne catedada y un egoísmo tribal propio de las cavernas que, en mi opinión, casa muy mal con el verdadero cristianismo.
Se me ocurren más argumentos cristianos para rechazar el egoísmo incestuoso y absurdo de los nacionalistas, pero me los reservo para no cansar.
Así que, Satur, no sólo te doy la razón, sino que te digo además que podías haber llegado incluso más lejos.
En cuanto a Antrax, difiero de su visión del aborto y de la eutanasia. Lo cristiano ha sido siempre defender al más débil y el no nacido es el más débil. En ningún momento hablas del derecho del no nacido. Si las leyes españolas protegen de la voracidad de sus supuestos propietarios a los árboles y los yacimientos arqueológicos, ¿por qué no van a defender también a los embriones de la voracidad de sus supuestas propietarias?
En cuanto a la eutanasia, no se trata de impedir que la gente se suicide, sino de impedir que eso sea considerado un derecho que el Estado nos deba garantizar. En España hay libertad para morirse, pero no derecho a morirse. Lo que pretenden ciertos políticos actuales es convertirlo en derecho y en eso consiste la abominación. Ahora resulta que la solidaridad no consiste en ayudar a vivir, sino en ayudar a morir.
Considero, pues, que sean del Opus o no, los políticos católicos nacionalistas son, por supuesto, más nacionalistas que católicos y el peligro de que los inmigrantes musulmanes acaben con su lengua autóctona les preocupa más que el bienestar de esos inmigrantes.
Un abrazo, amigos,
EPI
