Con dolor de corazón.- Javier M.
Fecha Wednesday, 21 January 2004
Tema 100. Aspectos sociológicos


Con dolor de corazón.

Querido Javier_G:

Comienzo dándote la razón, qué cosas: seguro que el Opus Dei tuyo y el mío (el que dejé hace diez años) no son el mismo. La manera que tienes de insultar a la gente y de menospreciar las experiencias vitales de quienes cuelgan aquí su historia, la rabia que se lee entre tus líneas, está en las antípodas de lo que me inculcaron a mí. Para ti somos... ¿cómo nos has dicho? somos como adolescentes veleta y casposos, rayados y, ya puestos, para que no falte "de ná", psicópatas. Buena colección de lindezas.

Javier (tocayo, por cierto): tú (perdona que intente "catalogarte" con datos escasos), tú eres tirando a joven ¿verdad? Tú no debes tener una trayectoria demasiado rica en experiencias diversas. Lo digo porque alguien al que haya tocado tener que aclararse los esquemas el solito, con los cambios que la vida trae consigo, se cortaría un poco más antes de llamarnos todas esas cosas a muchos. Otra cosa, claro, es que esos esquemas te los dé ya hechos alguien y te ahorre el trabajo. Sólo te digo (y es una estadística totalmente particular) que el setenta u ochenta por ciento de "psicópatas" conocidos míos que han ido dejando la Obra progresivamente, se lo han currado luego mucho, pero que mucho, cosa que me creo que hubiera sido difícil si, como aseguras, fuéramos presa de una enfermedad mental grave.

Hay de todo, porque aunque te pueda parecer mentira, el mundo está pintado a topos. Pero cuando te han grabado a fuego que fuera de la Obra casi te has asegurado tu propia condenación eterna, cuando las mujeres son algo así como seres de otra galaxias (perversos, por supuesto: todavía recuerdo aquel sacerdote asegurando a grito pelado, acerca de las compañeras de Universidad: "¡¡¡Tened cuidadoooo!!!, ¡¡¡Que son todas unas putassss!!!". Javier: ¿tienes hermanas? Cuando menos, madre sí tendrás, ¿verdad?, es muy difícil pasar de la noche a la mañana a pensar que una de ellas va a ser tu compañera, la madre de tus hijos. Luego, no te lo pierdas, Javier, aunque quizá tú estés por encima de ciertas cosas mundanas. Pero tranquilo, el agua bendita te protegerá de los malos pensamientos: cuando finalmente tienes una novia, resulta que vienen esos besos, caricias, ese contacto físico que te hace palpitar el corazón más deprisa, que te humedece los ojos de la emoción y te hace dar gracias a Dios porque la persona de la que estás enamorado tiene cuerpo y tiene alma. Y te acuerdas de que eso eran "contactos corporales en zonas erógenas, que, como producen gustirrinín y no están orientados a la procreación, son directamente pecado mortal". Toma ya. Apúntatelo bien, para decírselo a los supernumerarios que dirijas.

Aunque ahora que caigo: estamos "pelín rayaos". A ver, cenutrio, tontolbote (yo, no tú), si después de todos estos años pensando que me dijeron esas cosas va a resultar que eran alucinaciones calenturientas.

Espera, que ahora que caigo hay más de ésas: como las veces que me ha tocado ser testigo (testigo alucinado, pero testigo, al fin y al cabo) de un operativo tipo: "Torrente: misión en Marbella". Resulta que en pleno mes de agosto te dice uno mayor de Casa: "Oye, mira, como estamos medio de vacaciones, este fin de semana nos vamos a Marbella, que está Fulanito - de Casa, jovencito - de veraneo con sus padres, le hacemos una visita, le doy el Círculo, recibo su charla y de paso estiramos las piernas y nos damos un garbeo". "Ah, pues bueno", respondo. Al final resulta que lo que tiene Fulanito es un "peacho" de crisis interior como la copa de un pino y lo que vamos es a taladrarle un poquinín el cerebelo. Con la circunstancia de que sus padres son Supernumerarios y están por la labor. La cara de cervatillo encerrado del chaval ante la hábil maniobra envolvente es patética. Pero todo aquello fue una alucinación, Javier. Gracias por dejarme más tranquilo. Además, no era Marbella, era otro sitio.

Las hay de carácter geométrico: lo digo por la cuadratura del círculo: el director de mi Centro, en esas charletas impagables de la formación inicial, me dice textualmente, poco después de insistir en que "para la Obra es sacrosanta la libertad total de sus miembros en terrenos como el político", que en la Obra nadie vota al PSOE, porque sus planteamientos son contrarios a los de la Iglesia. Esto a los cinco o seis días de pitar, para que nadie se llame a engaño. Menos mal que es una alucinación, porque si no sería un fenómeno digno de estudio cómo de entre N-enta mil miembros de la Obra en España, tras un proceso de reflexión personalísimo y libre como el viento, ninguno de ellos toma la decisión de votar a esos señores con rabo y cuernos (a los que, dicho sea de paso, yo no he votado nunca: yo correcto tanto antes como ahora, vaya a ser que me trinque San Pedro por esa chorrada).

Y tantas y tantas.

Francamente, no sé si eres de Casa, Cooperador, asistes a medios de formación de la Obra, amigo de un amigo, si este escrito lo has tenido que pasar puntualmente por la Dirección Espiritual o no, pero en cualquier caso me sorprende cuánto ha podido descender el listón del respeto y la buena educación desde que me fui.

No sé si rezas por esta gente que consideras tan enferma. Es lo que siempre se ha inculcado en la Obra, aparte todas las prácticas chocantes que uno pueda observar en ella. Yo sí voy a rezar por ti. No voy a ofrecer las dos próximas horas de cilicio, porque esa herramienta ya no la uso, pero voy a pedir a Dios que os ilumine antes de que le causéis a la gente que pase a vuestro lado todo el mal de es capaz una mentalidad tan cerrada y rencorosa como la que reflejan tus injustas palabras.

Y para Herzi:

Herzi: No estoy seguro de entenderte del todo: ¿dices que el hecho de que pensemos tan radicalmente diferente estando fuera que estando dentro significa que la Obra sólo introduce cambios accesorios? ¿es eso? Pues no veo qué tiene que ver. Una cosa sí es cierta: la práctica cotidiana de ser de la Obra va introduciendo TAN INGENTE CANTIDAD de cosas accesorias y, consideradas cada una aisladamente no demasiado onerosas, que al final el castillo se acaba desmoronando. Se te va diciendo:

- No puedes ir al cine.
- Tienes que consultar hasta comprarte una gominola.
- Cuando te presentan a una mujer, ni se te ocurra darle dos besos.
- No te digo nada acompañarla al salir del trabajo, de vuelta a casa.
- Te tienen que encantar las canciones de Mocedades.
- Catorce años y medio es un buen momento para animar a un chaval a que entregue TODA su vida a Dios.
- Te regala algo tu tía Gertrudis (le haría ilusión tanto a ella como a ti que conservaras el recuerdo): ya lo estás entregando a tu Director.
- El apostolado es personal, de amistad y confidencia (pero qué requetebonito), sin embargo está uno todo el día haciendo listas de amigos a los que les vas a hablar de Dios, de la Obra, invitar a actividades apostólicas, aunque tú sabes de sobra que le va a sonar todo a chino. Además tiene uno una indudable sensación de deslealtad con esos amigos, porque sabes que esas listas luego se conocen hasta en Roma.
- Tu familia de sangre, en teoría, merece toda tu veneración y amor. En la práctica, se te escatima el estar con ellos hasta unos días en vacaciones de verano. Y lo que es más lesivo para la libertad interior: no es que te lo mande tu Director, "a sus órdenes" y ya está. No: tienes que autoconvencerte tú mismo de que en realidad eso que a ti te parece que deseas en realidad no lo deseas, sino que es todo lo contrario. ¿Alguien me explica cómo se hace eso?
- La santidad del Fundador la ha proclamado la Iglesia. Vale. Y además, "nunca dijo conscientemente a Dios que no". De acuerdo. Y sin embargo tú ves una película en Argentina, creo, donde el Fundador pone de vuelta y media a gritos a una chiquita en un teatro con algún que otro millar de personas presente, por que, según la moda imperante, llevaría una falda no muy larga (no lo sé, en la peli no se ve). Perdóneseme la irreverencia, pero ¿quién se levantó ese día con malas pulgas, Dios, o el Fundador?

En fin, ya digo, algunas cosas son de prácticas internas, otras de conceptos, de los que tienes que tragar como con ruedas de molino. Y tú haces bien en decirnos: "¿Pero es que cuando estabais dentro no las veíais?" Pues yo, te tengo que confesar que sí. Supongo que cualquiera de los Orejas, lo reconocerá también con sinceridad. Pero es que no te haces una idea de las incoherencias que eres capaz de tragar si estás inmerso en el clima de complicidad adecuado. Se pasa por varias fases:

Con el entusiasmo del principio, ni siquiera eres consciente de que tu vida está acumulando incoherencias ni cosas poco lógicas.

Luego tienes hasta un cierto "orgullín" de llevar esa vida singular. Eres un elegido por Dios. Miras a los demás, pensando: "¡Ay, piltrafilla! Si yo te contara. Tú sólo ves a un amiguete raro que no va contigo al cine ni le dejan ir a tomarse una copa a un Pub el sábado, como si allí se contagiara de la lepra. Pero yo sé, conozco las razones, los arcanos del saber. Ya verás, ya, en las puertas del Cielo, cuando yo saque matrícula y tú, como mucho, aprobado raspadillo".

Finalmente, el argumento mágico: "Vale, de acuerdo en que esto que te digo no lo entiendes, pero ¿por esta tontería vas a menospreciar tu vocación? ¿por ir al cine? ¿por leer un libro que tiene una clasificación de 5?, etc.?"

Es decir, el suelo sobre el que se sustenta todo, se ha hecho cada vez más delgado... pero durante años y años no han hecho más que apilar paquetitos encima. Ninguno muy pesado. Ninguno muy tremendo. Pero cuando caen, caen de golpe con gran estrépito. Por eso te parece tan radical el cambio de postura que sufre un ex. Y eso no creo que sea hablar de "maldad" de la Obra.

Espero haberte aportado un punto de vista clarificador (el mío). Hale, a opinar.

Javier M.







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