Pecados Capitales: Soberbia.- Doby
Fecha Friday, 14 October 2005
Tema 070. Costumbres y Praxis


Leyendo los correos del miércoles, encontré que dos textos coincidían en una apreciación que todos hemos tenido en algún momento sobre la obradei como institución, se refieren a la incapacidad institucional de recibir una crítica para mejorar. Así nos lo cuenta Ebe en su correo del 12 de octubre al reproducir un párrafo de la carta de dimisión de Isabel Armas, quien escribía al fundador: "Me siento parte de un sistema totalitario agobiante, en donde no es admitida la más pequeña objeción".

El mismo día escribía Picpus "A mi la Obra no me parece perversa, simplemente falta autocrítica".

Ocasionalmente aparece un defensor opusdeista que habla de la corrección fraterna a los directores, con lo cual exculpa a la institución y convierte las prácticas institucionales erróneas en errores puntuales de quienes hacen cabeza, básicamente su defensa se orienta a salvar la responsabilidad de la opus y cargarla en el/la director@.

¿Cómo llamar esa incansable incapacidad de reconocer errores? ¿Cómo llamar ese incansable deseo de hacer parecer la institución como inobjetable y perfecta? ¿Cómo llamar esa incapacidad de recibir una corrección fraterna "institucional"?.

 La respuesta no es mía sino que viene de la teología moral: Soberbia, en este caso, una profunda soberbia institucional. Santo Tomás concebía la soberbia como un "apetito desordenado de la propia excelencia", ¿no les resulta conocido?. Una de las faltas derivadas de la soberbia se llama "pertinacia", la cual consiste en "mantenerse adherido al propio juicio, no obstante el conocimiento de la verdad o mayor probabilidad de las observaciones de los que no piensan como el sujeto en cuestión", en esto sí que es modelo la obradei, no hay manera de hacerles ver, por activa ni por pasiva que no deben reclutar menores de edad, que deben asumir las obligaciones laborales y fiscales que les corresponden de cara a la justica para con el estado en el cual se desenvuelven y de cara a los numerari@s y numerarias auxiliares, también agregados, que entregan sus mejores años y recursos, que deben proveer con caridad cristiana a quienes abandonan y se encuentran sin nada con que enfrentar esa nueva etapa de su vida, que las vocaciones las da Dios y no se Le "arrancan" con campañas de 500 vocaciones por año, etc.

Esa autosuficiencia en el propio juicio institucional debe terminar. Los Congresos Generales (no se si aún se llaman así) deben ser una oportunidad para la propia reflexión y modificar todas esas conductas que tanto escándalo producen en muchos católicos y dejen de ser reuniones de autobombo, deben dejar de mirar a todas las otras espiritualidades y grupos católicos por encima del hombro porque el Espíritu sopla donde quiere.

La obradedios debe aprender de Aquel manso y humilde de corazón y ahora, de lo contrario seguirán las defecciones y la proxima vez el Prelado andará por el mundo con campañas de 1000 vocaciones por año.

Un abrazo a tod@s.

Doby 









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