Era demasiado cándido: pienso que éste fue mi problema; a los 15 años yo no estaba en condiciones de tomar decisiones que eran para toda la vida ……….. y, sobre todo, que eran muy importantes….. porque elegir bachiller de ciencias o letras, optar por una carrera también son decisiones que de una manera u otra pueden ser decisivas para toda la vida, pero su trascendencia es mucho menos radical.

He de reconocer dos cosas: me atraía la Obra porque encontré en ella lo que no había encontrado en otros sitios, y eso pienso que dice a su favor, y también he de admitir que en mi interior notaba que eso no era lo mío, que me faltaba solidez, que no era del todo sincero. Pero no pienso que fuera culpa única mía, tenían que haberlo notado; toda esa primera época fue una constante presión para que hiciera apostolado: nadie se preocupó de mi madurez, de mis problemas de carácter, de lo que había detrás de mis defectos. Y aunque desde el primer momento se me insistió en eso del “apostolado de amistad y confidencia”, en la práctica se me pedían nombres, listas de nombres ……… y frutos, en forma de asistencia a meditaciones, visitas de pobres, retiros: algo que nunca supe hacer, y en la práctica mi entrada en el Opus Dei supuso el distanciamiento de mis amigos y la frustración por mi falta de frutos: tarde años, algo así como 8 o 9 en descubrir lo que es la amistad.

A mí también hubo quien me dijo que preferiría verme muerto a verme infiel, y eso no se le debe de decir a un muchacho menor de edad, inmaduro, impresionable ….. y, después de asegurar que la salida de la Obra era una especie de traición a Dios, no era infrecuente afirmar de alguno que “no era lo suyo”….. entonces porque le amenazabas con el fuego eterno?.

A mi la Obra no me parece perversa, simplemente falta autocrítica; se predica la humildad colectiva, pero no se vive: las tertulias con invitado de cursos anuales, convivencias, …  son casi siempre discursos exultantes de lo bien que se hace todo; no hay biografías del fundador, se trata de libros que se dedican a ponerlo por las nubes: y eso le perjudica, pues no se ofrece una versión real del hombre: yo estoy seguro de que fue santo, pero también de que fue hombre.

Y junto a la ausencia de autocrítica está la endogamia: al dentista de casa, al peluquero de casa, al tendero de casa…… y al final te crees que no hay “vida” fuera, y eso no es bueno.

Y termino afirmando que no tengo rencor, que si creo en que la Obra es mejorable y que asumo que yo también tuve culpa, que hice cosas que no debía, que no puedo tirar la primera piedra.

Satur: me ha encantado tu último escrito: sigues siendo divertido y ameno, y cada vez más profundo.

Ayer leyendo a Chesterton encontré una frase: “el cristianismo no es una fe para hombres virtuosos, es simplemente, una fe para hombres”. Me hizo pensar.

Picpus