¿Puede re-enamorarse un ex-numerario?.- José Carlos
Fecha Tuesday, 20 January 2004
Tema 075. Afectividad, amistad, sexualidad


¿Puede re-enamorarse un ex-numerario?

Querida Elena:

Preguntabas ayer (19-I) si es posible que un hombre de 41 años, que haya sido numerario durante 20, pueda enamorarse de una mujer. Aunque tengo varios correos pendientes que responder, paso antes al tuyo para poder darte una contestación puntual, pues me parece un tema prioritario. Lo titulo "re-enamorarse" porque entiendo que el pedir la admisión en la Obra como miembro célibe ya en sí implica un cierto "enamoramiento": de Dios, de un ideal, al que uno se entrega en cuerpo y alma, generalmente a una edad muy joven.

Parto con dos advertencias: primero, lo que pueda decir son generalidades que pueden no ser pertinentes a la persona que conoces. Mucho depende del tipo de persona que sea, de la formación que recibió durante sus años en la Obra, de lo que pudo asimilar de ella, de sus razones para irse, de cómo vivió su afectividad, de si pueda tener o no tendencias homosexuales, del proceso de reajuste que esté viviendo, de la nueva visión que tenga del mundo y de su papel en él... Todo cambio vital de tal trascendencia cuesta digerirlo y necesitará un tiempo para reorientar su vida. Segundo, lo que yo pueda decir viene condicionado por mi propia y limitada experiencia: varón, numerario durante diecinueve años, salido a los 34, felizmente casado con una mujer profesional a los 36, hace sólo año y medio. Esa experiencia se complementa por otros ex-numerarios casados que he conocido.

Primera idea: darte la esperanza de que claro que sí, de que un ex-numerario puede enamorarse de una mujer totalmente, hasta el fondo, viviendo una felicidad maravillosa y el romance más fantástico y lleno que te imaginas. Si tienes dudas, léete los escritos de Satur y mira cómo habla de su querida "piedra" (apelativo cariñoso para su mujer). Él se enamoró a los 40 y pico, y la exultación, delicadeza, romanticismo, alegría y entusiasmo con que describe su relación, deberían despejar cualquier preocupación sobre si tan fascinante aventura es posible o no.

En general, a mí me parece que los numerarios son gente con corazón, que se han esforzado por querer. Podemos debatir si sus años en la Obra inhiben o enriquecen esa afectividad. Pero la materia prima de una persona que ha querido amar, ahí está; la certeza intelectual de que lo más importante en la vida es amar, porque Dios es amor, persiste; y un ex-numerario que ha dejado la vida célibe pero mantiene su equilibrio mental y afectivo, sabe que ha de entregarse a alguien si quiere realizarse y continuar en esa vocación vital al amor que abrazó en plena juventud. Por otra parte, si ha salido con desilusión por lo que ha vivido, razón de más para que esté sediento de una relación en la que pueda volcar el amor que lleva dentro y que cree no haber visto realizado.

Un ex-numerario suele haber aprendido a tener detalles con los demás, a estar pendiente de sus necesidades, a saber negarse a sí mismo por la felicidad de los que le rodean, a pasar por alto detalles que le molestan, a escuchar, a sonreír; esos años de convivencia con otros enseñan mucho. Creo que todo eso ayuda mucho a establecer una sana relación afectiva con una persona del otro sexo.

Cómo serán sus relaciones iniciales con una mujer depende mucho de cómo las vivió estando dentro. Si sólo ha trabajado en labores internas que no requerían contacto con mujeres, es verdad que puede parecer más o menos torpe o cohibido; los que han tenido un trabajo externo, en medio de la calle, pueden ser de todo tipo, y depende mucho de la personalidad de cada uno. Creo que la frialdad de la que hablas no es universal: hay gente expansiva, gregaria, natural, con sentimientos, que enseguida se adaptan a tratar con un grupo mixto, quizá porque ya eran así estando dentro.

Otra característica es que un ex-numerario suele haber adquirido una delicadeza extrema en el trato con las mujeres. Si mantiene esa trayectoria, sabrá tratarlas con respeto, como personas, y no como un objeto. Pensará en desarrollar una relación de amistad, de intercambio interpersonal, a todos los niveles: espiritual, intelectual, afectivo, sensible, que no se quede sólo o primariamente en lo físico.

La otra cara de esa moneda es que, por no haber tenido nunca una relación sentimental con una mujer, puede mostrarse incómodo con manifestaciones de cariño que a ti te parezcan el trato normal entre novios. Esto se debe a que la sensibilidad puede estar muy despierta al principio, por ser una experiencia nueva, y uno puede tener miedo de que se desencadenen reacciones que prefiere reservarlas al matrimonio. Poco a poco se irá acostumbrando, soltándose, relajándose... en esto tendrás que tener paciencia, comprenderle y ayudarle. Lo usual es que esta fase se supere y se normalice.

Si sigue creyendo en lo que aprendió en la Obra sobre las relaciones conyugales, podrá parecer estricto en su adhesión a los criterios de la Iglesia en este tema: reservar las relaciones sexuales para después del matrimonio, estar abierto a la transmisión de la vida, usar la continencia periódica si existen razones serias para espaciar los nacimientos... Si realmente tiene un entendimiento maduro de lo que todo esto significa, sabrá respetar muchísimo a su mujer, podrá contener sus instintos (hábito que se supone que adquirió durante muchos años de lucha ascética), y no exigirá de ella lo que en un momento dado ella no tenga ganas o deseos de dar.

Esto me trae a lo que tú preguntas sobre la igualdad. Mi opinión es que si un ex-numerario realmente conoce lo que enseña Juan Pablo II, tendrá clara la igualdad entre hombre y mujer. Un hombre así debería apoyar tu carrera profesional, si tú decides continuarla; apechugar con las labores de la casa, compartir el cuidado de los niños, etc. Algunos quizá opinen que nada hay más lejos de la vida de "señoritos" que viven los numerarios; yo ahora no me quiero meter en discusiones, pero te diré que aún siendo eso cierto, aunque sólo sea por reacción a lo que han vivido los que salen están particularmente sensibilizados al tema. Hay muchas muestras en esta web de ex-numerarios y ex-agregados que son muy pro-mujer, quizá para compensar desigualdades que hayan percibido; y yo conozco varios ejemplos de ex-numerarios casados (alguno de esta web) que hacen lo imposible por apoyar las legítimas opciones de sus esposas.

En algunos casos, por no tener experiencia con el noviazgo, el ex-numerario puede parecer un poco impulsivo: como si quisiera quemar etapas rápidamente, quizá por miedo a dejar pasar una oportunidad que le parece única e irrepetible, o por temor a quedarse solo. Puede creer ver en detalles de cariño una demostración de compromiso que todavía no existe, y aferrarse a ello a toda costa, creando expectativas poco realistas. Ahí también necesitará la guía calmada y prudente de una compañera con más experiencia.

Un peso que puede durar mucho tiempo es su sensación de haber fracasado en la vida, y por eso pensar que su matrimonio (o cualquier relación sentimental) es como algo de segunda clase. No debes resignarte a ello, porque si tu relación prospera y llega a un final feliz, tú no te mereces quedarte de "segundona" en su proyecto de vida: creo que es fundamental para el éxito de la relación que el "ex" vea en su novia una nueva llamada de Dios, un don inmerecido y maravilloso, una oportunidad renovada para entregarse por completo, un alto camino de santidad. Los que hemos sido numerarios y nos hemos casado, nos vamos dando cuenta fehaciente del tremendo mérito que tiene la vida matrimonial.

Lo que el estilo de vida de un numerario puede causar a la posterior vida en común da para mucho, y ya lo ha ido esbozando Satur; pero es un tema para más adelante. Por ahora, sólo quiero asegurarte que sí, que un ex-numerario puede amar, mucho y bien; puede sentir la dulce gloria de un enamoramiento verdadero y apasionado; puede vibrar, encenderse, agradecer y llorar de alegría, anonadado por la inmensa bondad de Dios que nos creó hombre y mujer, y nos permite disfrutar de un goce y una comunión con otra persona que nada en esta tierra puede sustituir.

Un abrazo, y mucha suerte,

José Carlos

P.D. Respecto a algunos correos un poco más polémicos del fin de semana... que conste que no los estoy evadiendo: me los he tomado muy en serio, me están dando mucho que pensar, y me han llevado a recapacitar y replantearme muchas cosas. Sigo meditando y todavía no he llegado a una conclusión satisfactoria, pero que sepáis que no os estoy ignorando.







Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=606