Satur, genio y figura.- Guttemberg
Fecha Wednesday, 05 October 2005
Tema 130. Agradecimientos, felicitaciones


He leído con mucha atención todos los escritos que últimamente se han publicado en torno a la persona de Satur.

 

Recuerdo el día en el que le conocí. Estaba realizando el semestre del centro de estudios (no recuerdo exactamente si era de año 2 o año 3).  A la hora de comer apareció un tipo en el comedor y enseguida a él se volvieron todas las miradas (igual que si hubiera entrado la Schiffer). Saludó, y automáticamente la gente comenzó a reír y a hacer comentarios entre risitas “¡Qué tío más gracioso!. Jajaja, ¡el de la tuna del Univ! Jijiji” y cosas por el estilo. Una vez se sentó en la mesa de dirección continuaron los murmullos en las demás mesas en las que los más jóvenes pedían a los más mayores que contaran anéldotas del Satur. La verdad que debió contar muchas en la mesa de dirección, porque no pararon de reírse en toda la comida.

 

Tras finalizar la comida, y una vez hecha la Visita al Santísimo, comenzó la tertulia (quizá en la única que no nos quedamos dormidos en todo el semestre) en la que en honor a la verdad he de decir que nos reímos mucho con la multitud de historias que nos contó.

 

Hubo dos o tres ocasiones más en las que tuve la oportunidad de estar con él en alguna tertulia. Aunque me supiera las anéldotas, cada vez sonaban distintas y no paraba de reír.

 

Por qué cuento esto. Pues muy sencillo. Satur en la opus era algo así como un buque insignia. Era el tipo perfecto de persona para amenizar cualquier evento, para entusiasmar a los chicos, para hacer reír y hacer pasar un rato muy agradable. Era el ejemplo claro de naturalidad, de que cada uno es como es y se muestra como tal a los demás (vamos, lo habitual entre la gente ahí dentro). Sabía (y sabe) encandilar al personal. Un poco gamberrete, sin respetos humanos, que se sabía valer de todo ello para hacer labor apostólica, etc... En alguna ocasión, incluso a mí me parecía (Satur, por favor, no te ofendas), que era como el mono de feria al que todo el mundo quiere ver y con el que todo el mundo se ríe sólo con verle la cara.

 

Por todo eso es por lo que se puede entender que a mucha gente de ahí dentro le fastidie que todas esas virtudes que antes estaban puestas a su servicio, que no dudaban en utilizarlas para su beneficio (ese mordaz sentido del humor, ese descaro, esa gracia innata), se vuelvan ahora en su contra. Es como cuando Figo se fue del Barsa al Madrid. Eso duele.

 

Han perdido un buen filón, una referencia, un icono. Y el hecho de que una persona como Satur se fuera de la opus fue, seguramente, un duro golpe. Supongo que en los consejos locales y en la delegación no se hablaba de otro tema. Que el hecho transcendiera en los círculos opus de la ciudad (ya que en ellos era muy conocido) no debió ser muy agradable para ellos. Me pregunto qué se contaría en esos mentideros (y nunca mejor dicho).

 

Hace unos meses tuve la suerte de comer con él y con la Piedra (un beso muy fuerte para ella desde aquí). Rememoramos viejas historias, hablamos de lo divino y de lo humano. Pasé con ellos unas horas muy gratas. Espero podamos repetirlo pronto.

 

Os aseguro que el Satur que aquí escribe es el mismo que conocí hace ya unos ocho o nueve años, no ha cambiado nada su forma de ser.

 

Sigue siendo GENIO y FIGURA (más que les pese a algunos).

 

Satur, un fuerte abrazo, sigue escribiendo y pasa (ya sé que lo estás haciendo) de lo que digan por aquellos lares. Gracias por estos buenos momentos que nos das.

 

 Se os quiere.

 

 Guttemberg.









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