Para Carmen Charo y para todos.- Itaca
Fecha Monday, 19 September 2005
Tema 010. Testimonios


Carmen Charo, qué alegría tener noticias tuyas! He estado unos días en Estambul (ventajas de vivir en Bulgaria, queda a un paso)y hasta hoy no he leído tu correo, que me ha hecho una ilusión enorme: recuperar a una amiga es recuperar un trozo de vida.

Me has de perdonar que perdiera el contacto contigo y con Nilita, pero es que las cosas se me complicaron: Jordi, que había superado el infarto que tuvo en el 91, se descompensó y empezó a tener episodios de angina cada vez más frecuentes: le veía perder a ojos vistas y eso me desesperaba: hubiera deseado un milagro, pero no se suelen dar milagros de esta clase... Murió el 1 de abril de 2003 de repente, de una insuficiencia coronaria; estaba solo en casa. Pensé que yo me moría con él.

Pero no me abandonó: sigue conmigo y me apoyo en él para seguir adelante. Lo he conseguido.

El segundo problema fue el profesional. Intentaré explicarlo para ti y para todos en pocas palabras: yo trabajaba en una empresa familiar, con dos gerentes hermanos: el mayor llevaba el peso de la empresa (yo dependía directamente de él) y el pequeño (con gran diferencia de edad) llevaba los temas administrativos y de ventas. Nunca tuve problemas, al contrario: el primer gerente me ayudó mucho, me quería, y con sus hijos, que se fueron incorporando a la dirección de la empresa, me une una magnífica amistad. El segundo gerente está muy vinculado al Opus, él y su família (uno de sus hijos está en el Consejo Central); tanto, que cuando yo dejé la institución exigió a su hermano que me echara de la empresa; no lo hizo y no se lo perdonó.

Así son las cosas en la realidad. Cuando llegó el momento del relevo generacional, el hermano pequeño presentó batalla (nada limpia) en favor de sus hijos. ¿Motivos? Aparte del posible motivo económico, estaba el motivo ideológico: sus sobrinos no eran de fiar, estaban contaminados por el trato conmigo, su doctrina no era segura. Fue una auténtica lucha fratricida, que duró varios años. Al final, los hijos del primer gerente tiraron la toalla y se retiraron de la empresa. Y yo me quedé bailando con lobos: no me podían echar, les costaba demasiado caro, però me hicieron la vida -profesional- bastante difícil. Muy educadamente, eso sí: los niños se habían educado en Viaró.

Aguanté -como había aguantado en la Obra- a fuerza de coraje y de rabia, pero cuando murió Jordi comprendí que seguir allí era una lucha absurda e inútil, y les propuse mi salida. Me costó un año conseguirla, no porque me quisieran en la empresa, sino porque no querían pagarme ni un duro. Tuve que llevarlos a los tribunales laborales. El acuerdo final fue miserable para mi, pero deseaba la libertad a toda costa, me ahogaba y, además, habían contratado a una serie de personas del Opus tan inútiles e incapaces, que seguir allí superaba mi capacidad de aguante: puedo soportar a malvados, pero no a tontos.

Cuando conseguí la libertad, me planteé un año sabático, me compré una casa en Bulgaria -en el campo, al pie de unas montañas preciosas, un terreno grande y un precio ridículo- y me vine para aquí a seguir las obras de reformas (la casa es vieja).

Las obras están casi terminadas y vuelvo a España; vendré aquí los veranos. La gente es encantadora, muy acogedora y cariñosa; esto es una paz idílica. Pero hay que volver al trabajo: quiero montar mi propia pequeña empresa, para hacer lo que me gusta hacer y he hecho durante 35 años: libros. Ya te explicaré.

Dile a Nilita que se ponga en contacto conmigo, estoy deseando saber cosas de ella. Hasta quizá me dé un garbeo por Valladolid, tiene tantas cosas bonitas para ver...

Hasta pronto, Carmen Charo. Estaremos en contacto a través de esta web tan acogedora y tan necesaria: mis felicitaciones a sus creadores.

Anna









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