Se creen sus propias mentiras. Y sobre el miedo al opus.- Carmen Charo
Fecha Monday, 05 September 2005
Tema 100. Aspectos sociológicos


Hola a todos,

 

Acabo de leer a Guttemberg y no salgo de mi asombro.

 

En la obra están enfermos, empiezan a alucinar. Quieren volver a los primeros tiempos que había pocos centros de estudios.... Ahora que todos los numerarios de unos 40 años, vuelven a su tierra de origen, dicen que quieren que los jóvenes salgan para que conozcan gente nueva y se abran a otros lugares... ¡Pero si eso es lo que han hecho siempre!.... Y mi teoría de que vuelvan a su tierra los "mayores" es que cuando estén para el arrastre, se los endosen más fácilmente a la familia real (a la “de sangre”, no a la de los reyes de España).

 

A mí me pasó lo mismo con una auxiliar, que me dijo que se iban las numerarias auxiliares de todos los centros de Vitoria (de los de los chicos, porque en los de mujeres no hubo nunca auxiliares) a tapar agujeros (¿despitajes?) en otras ciudades, pero que volverían. Es alucinante, pero lo más alucinante es que se creen sus propias mentiras. ¡Eso es enfermedad! Lo que dan es pena.

 

También quiero aprovechar para unirme a la propuesta de alegresuperviviente  de dar nuestro nombre completo...(31-8), a la que yo ya me he adherido hace tiempo. Pero quisiera animar a la gente, como decía Ana Azanza (2-9)  a perder el miedo y a soltarnos de una vez de esa dependencia perversa.

 

Ese miedo que les tenemos es lo que les da fuerza. Yo creo que al día de hoy, la obra empieza a ser un fantasma. Como decía Voliyo, ya no dicen cuántos son, dicen que abren centros y no dicen los que cierran... Están empezando a inflar un globo, que sólo tiene aire. Y el día que explote, por cualquier asunto de lo más tonto y banal, lo veremos.

 

Si todos, absolutamente todos, nos pusiéramos de pie, ellos si que se pondrían a temblar. Ellos ahora si que tienen motivos para tener miedo porque nunca contaron con internet y con la posibilidad de que nos pusiéramos en contacto, que nos pudiéramos unir, ayudar, agrupar... Ya no controlan ni a sus miembros que entran en esta página de forma masiva, y no saben cómo hacer para frenarlo. La verdad es que no sé por que tenemos miedo. Si todos diéramos la cara, nuestros testimonios serían aplastantes, y creo que ni la propia Iglesia se podría hacer la sorda como hace actualmente, para vergüenza y escándalo de muchos de sus hijos, como yo, que me planteo muchas veces ir al obispado a darme de baja, porque no creo que ésta sea la Iglesia de Jesucristo. Bueno, que desbarro. Animaos y no deis tanta importancia a que nos conozcan, que no estamos solos.

 

Un fuerte abrazo

 

Carmen Charo









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