Opus Dei causa de infelicidad.- Rocaberti
Fecha Wednesday, 31 August 2005
Tema 140. Sobre esta web


Hola a todos:

Al leer la carta de Pedro, he pensado en una conversación que tuve hace una semana en Mendoza, con un profesor de la universidad de aquella ciudad. Me comentó que había formado parte de una organización llamada los focolaris. Yo le pregunté cómo eran, la respuesta fue "buena gente". Yo nunca suelo comentar que pertenecí al Opus Dei, pero en este caso sí lo hice, y no pude hacer el mismo juicio sobre su gente.

Creo que el meollo de la Obra es que con querer ser tan santos, han dejado de ser personas, no forman parte de la buena gente. No te puedes fiar de ellos. No piensan por sí mismos. Todo son clichés y consignas de arriba. Han llegado a una idolatría a los que mandan que la propia conciencia está bloqueada, sólo pendiente del sexo, la obediencia y el cumplimiento de normas y costumbres; pero incapaces de decidir en un tema familiar, ecónomico o crítico. Es una libertad sin libertad, pero llamada la de los hijos de Dios.

La Obra está haciendo un daño grave a la humanidad por su afán de reclutar jóvenes a su organización, el famoso "compelle entrare", y lo hace antes de los 18 años, cargándose las normas más elementales del derecho positivo y del canónico. ¿Qué invento es este de los aspirantes? Amarrar a la gente antes de que se desmadre. Un día le comenté a un director de la delegación: "vosotros no comulgáis, tragáis". Todos los que leeis estos textos recordaréis tantas situaciones en donde se violentaban los derechos humanos de las personas con la excusa que era voluntad de Dios.

Amigo Pedro. Todos hemos tenido que reorganizar nuestra vida al salir de la obra, y gracias a Dios, sin su ayuda, ya que la obra sólo estuvo a nuestro lado mientras pudo utilizarnos. Yo cada vez entiendo menos como puede haber una organización que se llame cristiana que tenga esta adoración por su fundador y los jerifaltes que le sucedan. Me parece pura idolatía y esta falta de respeto por las personas y su intimidad.

Seguro que los fieles de la Prelatura, si alguien lee esto pensará que estoy quemado y resentido. Razón tiene, pues veintidós años entregando el sueldo y teniendo que limitar mis deseos al espiritu de la Obra, no son moco de pavo.

Un saludo.

Rocaberti









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