Para Branka, y todos los Orejas.- Sobreviviente
Fecha Monday, 29 August 2005
Tema 010. Testimonios


Queridos Orejas, siento la necesidad de escribir de nuevo pues la página me tiene "enganchada" como muchos de ustedes afirman (perdon que no os vosotree, no es costumbre en mi país).

No he terminado de leer todos Tus escritos por pura falta de tiempo, y eso que mi esposo está pensando seriamente si la adicción a una página de Internet pueda ser causal de divorcio y mi hijo esté pensando en demandarme ante el tribunal de menores por abandono y mi trabajo esté acumulándose por estar conectada con una fruición que los que me ven hipnotizada frente a la pantalla se han imaginado cosas terribles en cuanto a mis costumbres y moral... ¿Por qué esta página nos engancha así? Voy a contar un poco mi experiencia con el ánimo de que a otros les pueda servir (con humildad y esperanza quisiera poder ayudar al amigo de Branka, así como otros escritos me han ayudado a mi), en especial a las personas que están dudando si irse o quedarse por el temor a que van a ser profundamente infelices y a aquellas que habiendo salido no vislumbran un futuro fuera de "casa"....

Ya había comentado que fui numeraria 5 años, desde mis 16 a mis 21, y de eso hace más o menos 20 años. No les contaré mis experiencias dentro, que son tan iguales a las de tantos que han escrito aquí. Podría "cortar y pegar" secciones de los relatos que he leído y reflejaría mejor que en un espejo mi vida dentro... son impresionantemente parecidas!! Cuando por fin salí del Opus Dei, sentía que mi vida no valía un centavo. Estaba de verdad destrozada y lo único que quería era morirme. No daba un peso por mi persona y tomar las mínimas decisiones sobre mi vida o las cosas más elementales del día a día me aterrorizaban. Pensaba que era yo la que había fallado, que no había sido capaz de perseverar, que era mala, mala (ay Dios, que de maldad no sabía yo ni la m). Sin embargo en ningún momento quise volver, ni pertenecer de ninguna manera. Gracias a Dios mi familia me acogió, pues como todos, salí con la ropita que ni me sirvió después porque ¿quién quiere volver a ponerse las faldas de "cristiana corriente en medio del mundo" una vez que se tiene la libertad de escoger? En fin, que era un bulto de papas, tan inútil y estorboso... Si mi mamá me pedía: pon la mesa para el almuerzo, pues yo me quedaba sudando sin saber si el tenedor iba a la derecha o la izquierda, que si la cuchara adelante o al lado, que si la servilleta, que si esto y lo otro y consulte: señora madre, se debe servir por la izquierda o por la derecha? Y mi mamá mirándome como si en vez de una hija le hubieran devuelto un burro (casi, casi).

En fin, cuanto agradezco la paciencia de mi familia que no me reprocharon nada, que no me condenaron, que incluso no me preguntaron nada de nada. Recuerdo a mi hermana, mayor que yo, que me decía: "Qué te pasa? Si antes eras la alegría en pasta, si yo siendo mayor siempre te preguntaba a ti, tan segura de las cosas, tan decidida, tan inteligente..." Bueno, esos tiempos pasan, como pasa todo. En el seno de una verdadera familia, en medio del cariño, la paciencia y la comprensión uno empieza a ver las cosas claras. Cuando los amigos de "antes de" permanecen fieles y puedes volver a contar con ellos sin que te juzguen, sin que saquen a relucir las estupideces que hicimos o dijimos... Así empecé a darme cuenta que la culpa no es solo mía, sino que estaba dentro de un sistema que no cazaba conmigo. Que yo si valía y podía vivir como cualquier otra persona normal. Que no es que yo no entendiera sino que de verdad se vive una contínua contradicción: que somos igual que el resto de cristianos, que no somos religiosos (que si que hacemos algo parecido a unos votos, pero no son votos sino un compromiso personal que ni Dios entiende, que si, que nos vestimos como las monjas modernas del colegio de Santa Tremebunda, pero es por modestia, que si que no vamos a cine ni fumamos, pero agrádecele al padre que te salvó del cáncer, que si que no se puede leer ese libro, pero es que dejarías a un crío que se bebiera un frasco de veneno? que si que puedes trabajar allí, pero tienes que ir a la misa de 7 en el centro, cumplir las ochomil normas, estar a tiempo para la cena y tertulia, acostarte a la misma hora de todas no, no, no hay excepciones, y cuidadito si tienes colegas masculinos!!!, que si que la familia hay que quererla con toda el alma, que afortunados nuestros padres que no perdieron una hija sino que ganaron cientos, pero no, no puedes ir a ver a tu padre moribundo, no puedes recibir visitas de tus hermanos, no es de tu incumbencia que tus padres tengan problemas económicos...), que pobrecitos los de afuera que no saben lo que es ser Elegido, que no son felices (y uno viendo a "los de afuera" tan normalitos y felices), y así hasta el infinito.

Volviendo con mi vida de entonces, al poco tiempo trabajaba y me fue muy bien, estudié una carrera universitaria que ejerzo con verdadera pasión, me casé, tuve un hijo que adoro. Si, como cualquier persona, una vida normal, con alegrías y tristezas, con problemas y sus soluciones, con todo lo que significa ser humano. El balance para mi es muy positivo, pues además de mucho amor que doy y recibo, tengo la satisfacción de mi trabajo, colegas jóvenes que me admiran (y uno sintiéndose la cucaracha de la pocilga), un hijo del que me siento orgullosa, tanto por lo que él es en sí mismo, como por la formación que le he dado, de libertad y confianza, de amor a la Verdad. Y bueno, un esposo que me adora y adoro y que sobre todo tiene un gran corazón (no quiero parecer presuntuosa, solo mostrar el contraste violento entre los que fui entonces y lo que soy ahora. Sencillamente en mis 20 jamás me lo hubiera creido). En fin, a donde quiero llegar es que estoy orgullosa de mi vida, estoy muy a gusto en donde estoy y ahora me parece increible cuando miro atrás y veo a ese "yo" que fui hace 20 años, asustada, sin autoestima, destrozada y apabullada. Pero ese "yo" hace parte de mi y no lo niego, lo que soy ahora es la suma de todos mis anteriores yos (suma no aritmética, que este sistema no tiene las mismas leyes físicas que el sistema solar). Eso que soy ahora es fruto de todas mis experiencias pasadas, ya sea porque me ayudaron a ver mi camino o porque me ayudaron a ver claramente cual NO era el sendero a seguir.

¿Por qué entonces estoy tan adictivamente pegada a Opuslibros? ¿Es que somos unos pobres amargados, pegados del pasado, rencorosos? como muchos creen al ver que decimos que me salí hace nn años y heme aquí contando mi miserable vida... Pues no. Porque desde que salí de aquella "casa" nunca he hablado con nadie de mis experiencias. Porque aunque aprendí a aceptar ese pasado en mi vida me daban escalofríos con la sola mención de la palabra Opus oida por casualidad (hasta en los conciertos, cuando decían: ahora la sonata Opus 24 y yo no alcanzaba a oir qué seguía porque ya estaba corriendo por los pasillos del teatro gritando que no, que no, que no quiero volver), porque no me gustaba que los nuevos amigos supieran que yo había pasado por allí y no se lo contaba a nadie. Y de todas maneras hay muchas cosas que uno quisiera comentar a otros que han pasado por lo mismo, para entenderse mejor, para perdonarse capítulos del pasado enterrados muy profundamente, para poder pedir perdón a las personas que herimos cuando actuábamos con la "santa" intransigencia que atropella todos los derechos humanos.... que eso de "Conócete a ti mismo" que recomendaba el filósofo es una tarea de toda la vida, y contrastar nuestras experiencias con las de aquellos que han pasado por lo mismo, da muchas luces. Además, me ha servido muchísimo para hablar de mi vida pasada, ahora. Incluso a mi hijo que obviamente me ha visto pasar las horas frente al computador y me pregunta: qué es eso del opus? Me ha servido para poner el tema, para hablarlo con él y contarle mi historia, para decirle que si algún día, cuando llegue a la edad de "pitable", por alguna casualidad del destino alguien viene con esos cuentos... pues que lo mande a freir espárragos.

Así que Branka, teniendo en cuenta tu mensaje (Viernes, 26 de Agosto de 2005), si puedes sugerirle a este amigo tuyo que lea Opuslibros, sería de gran ayuda para él. Si puedes aceptarlo sin reprocharle su pasado, para que él mismo algún día lo acepte y se acepte sin rencores, si puedes escucharlo sin hurgar en la herida, haciéndole ver que NO es su culpa haberse metido y haberse marchado, que vale y mucho, por el solo hecho de ser Humano, pero además porque tiene muchas cualidades que tu has visto y seguramente otras personas a su alrededor ven. Pues "Tu no ves lo que eres, sino su sombra" decía Tagore... Con cariño y haciendo que se refleje en un espejo plano, no distorsionado como los de las ferias, pues eso es lo que pasa cuando uno sale, el único espejo que se tiene es el del opus y este simpre nos hace ver o más gordos o más flacos o torcidos, lo malo es que no nos producen risa, sino llanto. Dile a tu amigo que tenemos más fuerza adentro de la que nos podemos imaginar, somos una maravilla!!! Por más que a veces sentimos un peso enorme que no nos deja levantar la cabeza, llega el día en que con la frente en alto, volvemos a creer en nosotros, como diría el poeta:

" Y hay días en que somos, tan lúgubres, tan lúgubres,
como en las noches lúgubres, el llanto del pinar;
el alma gime entonces bajo el dolor del mundo,
y acaso ni Dios mismo nos pueda consolar.

Mas hay tambien ¡oh Tierra¡ un día, ... un día... un día
en que levamos anclas para jamas volver...
Un día en que discurren vientos ineluctables.
¡Un día en que ya nadie nos puede retener¡

No se cómo es la situación en España, me da la impresión que hay demasiadas personas del opus en todas partes (eso sí me ayudó, no volver a encontrar a nadie en mi camino...) y eso hace que por más que uno como clavo quiera salir del palo podrido, no puede si siempre hay un martillo pegándole en la cabeza... Yo pensaría en irme de la ciudad o del país. Claro, fácil decirlo, pero sé que no lo es. Lo digo por si acaso, por si cuela...

Y bueno, por último mi mas sincero agradecimiento a todos los Orejas y en especial a aquellos que hacen posible esta web. Me sentí avergonzada cuando se le pidieron explicaciones a las Orejas de transparencia y no se qué más. Las explicaciones de Agustina (Lunes, 22 agosto 2005) me hicieron sentir como cuando de pronto se da uno cuenta en su familia que el dinero que uno pide sin escrúpulos para comprarse la ropa de última moda, se lo ganan los padres con sudor... o sea perdí la inocencia en cuanto a la web, que me imaginaba sostenida por el Espíritu Santo... Gracias de verdad a todos. No los conozco, pero ya los quiero mucho (y os encomiendo, no faltaba más, ja, ja).

Un abrazo cálido y de verdad, verdad

Sobreviviente









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