Un dia como cualquier de mis 34 y 37 años (Cap.3 de 'Mi historia...).- Coquis
Fecha Friday, 12 August 2005
Tema 010. Testimonios


 

UN DIA COMO CUALQUIER OTRO ENTRE MIS 34 Y 37 AÑOS

 

Cap. 3 de 'Mi historia en la sectaprelatura'

 

Enviado por Coquis, 12 de agosto de 2005

 

 

Viernes 3 del 3 a las 03:00hrs. Alguien delicadamente abre la puerta de mi cuarto, en voz muy baja dice mi nombre, “Coquis, Coquis”... Despierto: gracias. Efectivamente era viernes primero de mes y me tocaba la Vela al Santísimo. Me visto apresuradamente, tomo el libro “Del Padre” y un par de Noticias (revistas que no es necesario que apruebe un obispo, ya que son documentos de familia, por eso no tienen Nihil Obstant. Así me lo explicaron cuando fui nueva vocación y pregunté por qué tratándose de temas doctrinales no tenían el Imprimatur católico)...



Entro al oratorio, Jesús expuesto y por alguna razón estaba yo a solas con Jesús, nadie más (por lo general se programan de dos en dos). Así que: Señor y Dios mío creo que estas aquí? Me ves? Me oyes? Quisiera adorarte con profunda reverencia, pero ya ves aquí estoy con mis pecados… y no solo con mis pecados que ni enumerarlos puedo, aquí estoy peor que limón exprimido, ya no puedo más. Fue posible que me engañaras? Tú no traicionas, luego entonces por qué ya no puedo más? Estoy tronada. No sirvo, soy un estorbo para el Opus Dei… sin embargo te amo a ti y a tu Obra, yo más no te puedo dar, así que ya verás qué haces…

 

Regreso a dormir un poco… apenas había terminado de ponerme mi pijama cuando vuelven a tocar la puerta, Coquis? -Yo ya bajé, algo pasó con la lista? – NO sé de que hablas soy Martha, es viernes y te toca acompañare a la compra… --Perdón sí, se me había olvidado. A las 4:00 me encuentro a bordo de una camioneta vieja para ir a la compra de gestoría… Aún recuerdo esos días de invierno, en donde me daba la impresión que estaba en la guerra saltando cuerpos dormidos entre papas y zanahorias… Finalmente regreso y tenemos que esperar a que nos abran para la Bendición y Misa.

 

Desayuno y corrección fraterna: Coquis te puedo decir algo? Mira llevamos viviendo más de dos años juntas en esta casa y me parece que hay costumbres que no cuidas, por ejemplo en todo este tiempo nunca te he visto hacer una enmendatio en el circulo, ni mirar el cuadro de la Virgen cuando entras a una habitación y ayer, que me tocó hacer limpieza en tu cuarto, encontré tu escapulario sobre la mesa, por lo que parece que no estas cuidando esas cosas pequeñas. -Muchas gracias. Fue mi contestación.

 

Trabajo, qué jungla es ésta… Mortificación por el Padre: no comer nada entre comidas. Llegar a la casa y hacer la lectura, libro Peter Berglar, biografía del fundador. Disfrutar de la tertulia y luego con unas ganas enormes de tomarme una siesta, bajo a hacer la oración de la tarde. Toda la tarde con charlas y círculo de supernumerarias, santo rosario de camino a la panadería, cena, tertulia y hasta mañana… y así un día y otro y otro más, en donde si no era Vela al Santísimo era acompañar a alguien al hospital, (de otro centro, por cierto), otro día  en la policía porque otra había chocado, otro pasar toda una tarde de farmacia en farmacia tratando de comprar medicamentos controlados sin receta, hasta que finalmente (por una hermana enferma yo llegaba hasta donde fuera necesario, no solo la puerta del infierno… y doy gracias a Dios de haberme ido, porque poco me faltó para no dar a la cárcel, pues por lo menos en diez ocasiones falsifiqué firmas de recetas médicas obtenidas de una supernumeraria de mi grupo casada con un médico. La secretaria del centro que me las encargaba solo me decía: el medico que las receta solo las da con consulta y son muy caras, lo que pasa es que él no sabe que en las farmacias ya no las hacen de la cantidad de antes), y para colmo de males mis padres diciéndome que por qué ya no me veían tan contenta como siempre… Que se cumplían 40 años de matrimonio y que organizaban una ceremonia a la que yo no podía faltar y que era una desnaturalizada por no querer ni siquiera pasar ese día con ellos en una ciudad no tan lejana de donde yo vivía, que significaba tanto… El terminar molesta de esos encuentros familiares, preferí mejor pasar el domingo haciendo arreglos manuales en la casa o atendiendo la portería. Quedaban lejanos los días en que podía llamar a amigas… Ahora estaban casadas, algunas con hijos y no disponían de sus fines de semana… Pero a fin de cuentas para que la Obra se realizara era necesario el sacrificio y si yo no estaba contenta era porque me faltaba visión de altura, sobrenatural, solo así no me quedaría en estos mosaicos y podría ver la gran pintura… Como ven, los de la Sectaprelatura (perdón nuevamente por el pleonasmo, para la institución que se ha distribuido el mejor clero), se pintan solos.

 

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