A tod@s l@s L. D. que han sido, son y serán.- Kaiser
Fecha Wednesday, 10 August 2005
Tema 020. Irse de la Obra


Querida L. D.:

Me pides que te diga algo. Y esa súplica tuya me llega como un grito desgarrado y atroz. No quiero ni pensar en una nueva celada para provocarnos. Despejada esa nube y centrándonos resueltamente en la cuestión, he de decirte que no debes dejar que los respetos humanos te lleven a optar por una vida postiza. Tu vida has de vivirla en su integridad tú misma y nadie puede interferir en ella sin grave menoscabo de tu dignidad como persona.

No es preciso argumentarlo. Cualquier apelación como las que haces en el sentido de que quieres ir al cine, etc... encontrará una respuesta de manual. "Te has puesto por delante de Dios", te van a decir. "Menuda soberbia". Te hundirán más en el abismo.

Has demostrado ser una persona generosa, entusiasta, que dijo un día sí a todo pulmón, plena de ilusión y alegría. Has vivido las normas (tanto que las mencionas con mayúscula). Te has vaciado hasta el fin.  Eres una persona limpia y cristalina. Tienes en tu interior toda la fuerza de la autenticidad.  Te agobia el entramado de cartón piedra que te rodea. Llevas mucho tiempo viviendo una lucha sinigual y angustiosa. No deben tenerte mucho aprecio tus directoras cuando prefieren ver cómo te descompones por dentro, cómo agoniza tu alma y deja exánime tu cuerpo, día tras día, hasta el punto de obligarte a llevar una vida de zombi. Porque ellas deben saber que no cumples las normas. Y debe serles evidente que eso te hace sufrir. Y que ese sufrimiento te va apagando poco a poco y te imposibilita para afrontar las tareas internas, apostólicas, civiles, etc... con la energía necesaria. Tú misma lo dices, cuando hablas del espanto que te produce el viaje a Colonia y el motivo de ese espanto. Es tu dignidad de persona la que te está poniendo frente a la iniquidad de tener que representar un papel. Es tu resto de humanidad lo que te está reclamando que retomes tu propio rumbo de ser que Dios quiere libre y consciente de su libertad.

No temas que tu decisión sea algo malo. Aquello a lo que dijiste que sí ha ido transformándose con el tiempo, con esa calculada dosificación de "criterios" y "costumbres", en un laberinto indescifrable. Tu amor por las cosas claras y limpias, por la verdad sin tapujos es lo que te mantiene en esta tensión. De lo contrario estarías derrotada. Aférrate a esa fuerza interior. Cristo te quiere auténtica y entera.  y tú quieres ofrecerle una vida auténtica y entera.

Kaiser









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