Satur, no está nada de bien que nos dejes con el caramelo en la boca. Piensa que a partir de ahora dirán que su oración era omnipotente, como la de Enriqueta la tonta, o como se quisiera llamar esa pobre mujer, que según la historiografía de la opus se cargó al periódico liberal de la España de la preguerra. Ya hablaremos un día de estos...
Un amigo