Hola de nuevo a tod@s:

Hola Papel. A diferencia tuya, yo no agredezco al opus la formación que me prestó mientras estuve metido. Era deformación, represión, desestructuración mental y emocional, en lugar de instrucción. Pero me parece bien que haya gente que esté agradecida a la formación recibida allí. Se trata de otra experiencia que respeto. Aunque los miembros de la obra no tienen toda la culpa, sino que forman parte de un cuerpo mucho más extenso que rechaza la homosexualidad: la iglesia (en este caso, la católica); por lo menos eso es lo que están dando a entender sus miembros oficiales. Yo encajaría en lo que tú llamas un gay exopusiano. Y claro que tiene atractivo erótico el ambiente viril de los internados del opus para los gays. Cuando yo estuve allí, con catorce años, en 1975, soñaba con uno de los residentes del club donde estaba adscrito. No pensaba entonces que aquello eran tendencias homoeróticas. Deseaba ir al círculo de San Rafael que él llevaba, verlo arrodillarse, decir las oraciones con su voz dulce y varonil, y escuchar su charla que, por otra parte, era bastante insulsa. Además venía un chico guapísimo ajeno al centro con pinta de pijo bien que era esquiador, y un cooperador con ojos gitanos del que me enamoré más tarde. El residente me parecía un ángel y estaba dispuesto a seguirle donde fuera. Cuando pité, una de las ideas que más me reconfortaban era que en el futuro no tendría que casarme, con una mujer, por supuesto (actualmente pronto me casaré con mi novio). En los años que estuve dentro, tuve varios amores platónicos. Sí, platónicos, porque yo no podía ser consciente de lo que realmente sentía. Aquellas emociones eran abominables y no pasaban de la subconsciencia. Aquél numerario, durante el siguiente verano a mi admisión, tuvo un accidente de tráfico. Su cara quedó tan deformada que no era ni sombra del ser angelical que yo adoraba. Quedé muy afectado. Dirás que yo era muy superficial. Y es posible. Pero tenía 15 años. Y a aquél amor secreto, oculto incluso a mí mismo, siguieron otros. Pero te diré una cosa. Nunca he vivido, presenciado u oido, durante mi pertenencia a la obra, ningún episodio de homosexualidad. Todo estaba muy tapado, como era mi caso. En esta web tampoco se habla mucho de estos temas, y no sé por qué. Seguro que no somos los únicos... ¿no crees?

Un saludo.
Wompi