Sobre visiones.- Ramón
Fecha Wednesday, 03 August 2005
Tema 090. Espiritualidad y ascética


Hola Orejas,
 
Abunda por lo visto una especie que atribuye la creación del Opus Dei a una visión del santo marqués igualica a la que tuvo Jesús en el Jordán o Moisés con la zarza. Vamos, que se trata de una intervención directa, inmediata, de Dios en el curso de la Historia, así, con mayúsculas.
 
Vamos, que sería la fetén de las visiones fundacionales y el resto de las fundaciones, intuiciones o visiones - de cualquier cosa - que serían asín como de segunda porque sus fundadores no contactaron con el núcleo de Matrix. A mí la verdad me parece un argumento bastante fatuo e inconsistente. Abundo aquí en el último correo de Kaiser (1-8-05), vamos a ver:
 
- Empecemos negando la mayor: con Cristo, termina la revelación directa de Dios a la humanidad. Todo está pleno. A partir de ese momento, los hombres bebemos de ese manantial, pero Dios ha llenado ya la Historia y no vuelve a meter el remo directamente.
 
- En cuanto a la aparición o visión, la única fuente que tenemos - como es lógico- es el propio personaje que lo refiere. Es decir, que resulta bastante complejo discernir lo que realidad, de lo que es elaboración suya (os recuerdo el irónico análisis del toque de campana que hizo Nacho F hace unas semanas), de lo que es forma de contarlo, de lo que es forma de entenderlo. La propia Santa Teresa o San Juan de la Cruz, que sí que eran gente de éxtasis y pluma fácil, no llegan nunca a dar una visión objetiva de sus experiencia, sino que sólo nos dejan poesía. Pues va el marqués y nos deja un discurso bastante plomo. Pero supongamos que tuvo un momento de inspiración.
 
- Vale, tuvo un momento de inspiración: los cristianos creemos que Dios está en nosotros desde el principio (Dios  insufló su espíritu a Adán), y más concretamente desde el Bautismo. Por tanto, todos tenemos el Espíritu de Dios dentro. Todas las buenas acciones, amores, pasiones, logros, nacen de ese manantial interior. Tanto lo que viera San Francisco cuando se desprendió de todo, o San Vicente de Paul cuando fundó sus monjas, nace de ese Dios. No entiendo esa necesidad que tiene la gente de la obra de separarse de todas esas grandísimas intuiciones, como si la suya fuera de mejor carne. Todo lo bueno  viene de Dios, pues da igual la forma de manifestarse. O alguien nos va a decir que cuando Madre Teresa decidió dedicarse a los pobres allí no estaba Cristo mismo abrazándola.
 
- A los cristianos no nos hacen falta grandes visiones, milagros estupendos y supercherías  para vivir nuestra fe. Esa manía de buscar el gran momento, la gran luz, es una forma de escaparse de la vida diaria, tan mediocre, tan poco brillante, pero en la que habita Dios. A los apóstoles, cuando Jesús ascendió a los cielos, el ángel les dijo: No busquéis allí al que vive, id a Galilea (donde vivió, amó, trabajó, luchó...) allí lo encontraréis. Cómo lo viera o dejara de ver el santo da igual, si el fruto trabaja para el bien. El resto, son fuegos de artificio. Pues eso....
 
Menos lobos, caperucita.
 
Ramón








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