Benedicto XVI y aviso a navegantes. (Cap. 18 de 'Retablo...').- Satur
Fecha Monday, 25 July 2005
Tema 090. Espiritualidad y ascética


BENEDICTO XVI Y AVISO A NAVEGANTES 

Cap.18 de 'Retablo de curiosidades'

Enviado por Satur, 25-julio-2005

 

Se acusa a Orejas de ser una página donde se respira mucho rencor, resentimiento, odio incluso. Tratando de este modo a la Opus Dei se ataca a la Iglesia. Incluso hay a quien le damos pena. Se nos aconseja que olvidemos –no se niega que algunos testimonios sean tan reales como escandalosos-, pero se nos invita a pasar página. La vida sigue. No hagamos mala sangre...



Pues no. Hay demasiada gente que necesita un poco de comprensión, de ser entendida cuando se siente muy mal, cuando se llora en soledad y te estás sorbiendo los mocos porque piensas que eres la última mierda que cagó Judas, cuando crees que eres un fracasado y no sabes a quién contárselo. Y se asoman a esta página y descubren que a ésa le sucedió lo mismo, que aquel otro salió adelante de aquella manera y que, en fin, hay quien está pasando por situaciones parecidas, que algunos han sabido volver a empezar de un modo maravilloso… y que hay quien va con la pinza saltada de por vida.

 

Para eso estamos. Y eso ayuda.

 

Son demasiados los que piensan que SÓLO tenían vocación a la opus, y que su fracaso es total, universal, definitivo e irreparable. Han puesto la mano en el arado y lo han abandonado. Ya nada será lo mismo. Ni él será el mismo. El anatema de Jesucristo y el rejalgar de Escrivá le acompañarán en esta vida y en la del más allá… Un traidor.

 

Otra mentira.

 

Benedicto XVI escribe en “Fe, verdad y tolerancia. El cristianismo y las religiones del mundo”…“¿En dónde consta que el tema de la salvación debe asociarse únicamente con las religiones? ¿No habría que abordarlo, de manera mucho más diferenciada, a partir de la totalidad de la existencia humana? ¿Y no debe seguir guiándonos siempre el supremo respeto hacia el misterio de la acción de Dios? ¿Tendremos que inventar necesariamente una teoría acerca de cómo Dios es capaz de salvar, sin perjudicar en nada la singularidad única de Cristo?”.

 

¡Muy bien, campeón! Y así con la vocación –que es el camino personal por el que cada uno se salva (salvación entendida como madurez hacia el amor), que todo hombre tiene por el hecho de serlo. Eso es lo que llama Pepe “la totalidad de la existencia humana” No es cuando abandonas la opus que dejas el arado, es cuando dejas de ser quién de verdad debes de ser, incluso perteneciendo al opus. Que los hay: están dentro y con el arado decorando la pared de su habitación. Un arado, por cierto, de diseño.

 

Y para realizarse en tu propia vocación se necesita tiempo –el tiempo también es gracia: y con el tiempo llega el conocimiento personal: saber quién soy, como soy, aceptarme, quererme en lo bueno y en lo malo, y darme al mundo. A partir de allí se va andando, chino chano. Al que le vaya bien la opus, pues perfecto, al que no, pues también, al que le ha tocado vivir en el islam, pues lo mismo. Y gloso de nuevo al Papa, para que se chinchen algunos…

 

“Por ejemplo, hoy en día contemplamos diversas maneras en las que se puede vivir el islam: formas destructoras y formas en los que podemos reconocer cierta cercanía el misterio de Cristo. ¿Podrá y tendrá el hombre que arreglárselas simplemente con la forma que encuentre ante sí, por la forma que en que se practica en su entorno la religión que le ha correspondido? ¿O acaso no tendrá que ser una persona que tiende a la purificación de su conciencia y que –al menos eso- va así en pos de las formas más puras de su religión”. (página 48. Ediciones Sígueme. Salamanca, 2005)

 

Otra vez, muy bien, machote.

 

Lo que no puede ser es que la opus vaya diciendo que lo suyo es el rien de rien, y que cuidadín con abandonarme que te rilas de las patas pabajo, “como decía Jesucristo”. Porque Jesucristo no decía eso. Lo que no puede ser es que aguanten al personal que por sus modos de vida, los propios de la opus, entran en crisis psicológicas profundas y graves, y los aguantan con excepciones que no van y tratamientos que tampoco porque les importa más el número que la felicidad de las personas.

 

Andan estos chicos de la perlatura con una noción de la vocación que es para mear y no echar ni gota. No hay vuelta atrás: o blanco o blanco. Se mueven en el mundo de la justicia, ligada a la medida. Pero Dios no debe nada a nadie, y aunque hagamos sacrificios increíbles y admirables por Él sus recompensas siguen siendo gratuitas y generosas.

 

Los de la opus son como la peña de la parábola del obrero de la undécima hora: los trabajadores contratados desde la mañana hablan con el lenguaje de la justicia –exigen equivalencia entre trabajo y salario: “¿Por qué le das a ése, que no ha trabajado más que una hora, lo mismo que a nosotros, que hemos soportado el peso del día y del calor?”.

 

-         Porque me sale de los cojones –podría haber contestado yo mismo, por ejemplo. Pero el dueño de la tierra esa es más fino y contesta:

-         ¿Y TÚ POR QUÉ VES MAL QUE YO SEA BUENO?

 

Buen corte.

 

Y es que ese afán de justicia mal enfocado, que se manifiestan en esas profecías agoreras al que abandona la opus, les lleva a una visión deformada del amor. Ese “ver mal” que habla Jesucristo, y que ellos siguen erre que erre “viendo mal”, puede entenderse de dos formas: como malevolencia o como impotencia. La justicia esa sin amor se encuentra muy cerca del resentimiento, del deseo de que te vaiga mal y, por otra parte, su mirada, más atenta a lo que se le debe –con lo buenos y sacrificados que son- que al don generoso, no llega a penetrar hasta el fondo supremo de las cosas, que es el amor y la gratuidad.

 

No se enteran. Y eso sí que da mucha pena. Da mucha pena ver muchedumbres de buenas personas dirigidas por tipos, también buenas personas, que les llevan por caminos que no siempre son de paz, de piedad, de santidad, de amor. Son caminos pelín rígidos, mecanicistas, algo politizados, confusos en cuanto a ciertas piadosas costumbres cercanas a la superstición (devoción a las reliquias, besos con trescientos días de indulgencia, uso de estampas como amuletos…), permisivos en los modos de vivir la pobreza (es escandaloso el ritmo de vida de bastantes supernumerarios, especialmente en Latinoamérica), un sentido de “elegidos”, de aristocracia rancia, de alegrías que suena a postizo.

 

Es un puzle curioso donde se mezclan frases verdaderas, sentencias maravillosas, costumbres muy sanas y valores muy puros con cosas muy raras… pero muy raras.

 

Pero, en fin, es lo que hay. Los chicos son asín. Lo que no quita que se avise a navegantes, por si acaso.

 

 

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