Hola, querida Isa:
Leyendo tu carta del último día, pasé por muchas sensaciones. Lo primero que sacó de mí fue una sonrisa. Y esta es una de las cosas que debo a la web: cada día hay menos cosas que puedan hacerme daño. Voy sabiendo quien soy y qué quiero.
Ya ves, en mi centro se tuvieron que gastar una pasta para mandarme a la consulta de la Dra Gual de 4 a 6 veces al año, y un pastón por estar ingresada alli dos meses. Y en la web, sin pastillas, sin poner un duro, gracias al trabajo desinteresado de muchos, hoy me siento fuerte y segura como nunca antes. ¡Orejas, os lo debo!
Isa tu no has resuelto tu vida, tu no te sientes feliz, tu sigues teniendo un gran problema y por más patadas que nos dés no lo vas a resolver ni vas a encontrar la paz. Despotricas de todos nosotros pero no puedes dejarnos en paz. ¿Actuas igual con las personas de la obra? ¿has mandado algún correo crítico a alguna web de la obra y te han respodido o lo han publicado? Entonces, ¿por qué eres tan dura con nosotros?
Te respondí con toda mi buena voluntad acerca de tu inquietud espiritual, e igual que yo, y creo que de forma parecida, lo hicieron Melqui y Cesar, pero no quieres escuchar.
¿Qué necesitas? ¿Que te cuente mis industrias humanas para acordarme de Dios? Eso de mirar los cuadros de la Virgen - acciones de gracias, al encender el interruptor de la luz -actos de desagravio, al cerrar una puerta - pedir por las vocaciones.... o que te cuente cómo hago para vencer la pereza para ir a misa a diario, dónde rezar el rosario, cómo saco tiempo para leer libros espirituales....
No he intentado ocultarte nada. Simplemente, como te han dicho Melqui y Cesar, Dios ha dejado de ser ese señor solemne, aunque padre (desconcertante e iracundo), que necesita (como un pobre enfermo) que le demuestren el cariño... ¡Eso es absurdo!
Yo no necesito propósitos para acordarme de Dios, como no los necesito para querer y tener detalles con mi marido. Si que he intentado encontrar gente con la misma inquietud espiritual que yo para ayudarnos mutuamente, pero también es verdad que lo que he descubierto es que todo el mundo te puede ayudar, si aprendes a mirar sin prejuicios. Eso es lo que más me está costando quitar de mi vida en la obra. Entonces, es cuando ves a Dios en todo y en todas las personas. Aun me cuesta verlo en los fanáticos opusinos, pero también está en ellos. Espero verlo con un poco de tiempo y buena voluntad.
Isa, te ofrecí mi amistad con sinceridad, si quieres desconfiar es tu problema.
Un abrazo
Carmen Charo
