Opuslibros - ¿Opuslibros sirve para algo?.- sancho

Mis queridos orejas, internautas casuales apenados, fieles de la prelatura y demás lectores:

Últimamente aparecen bastantes críticas constructivas o destructivas, más o menos cualificadas o llanamente patéticas acerca de esta página, de si hace bien o hace mal, si sirve o no sirve y me parece muy bien que cada cual escriba sinceramente lo que opine desde su punto de vista personal. Si algo no te gusta de la página dilo y si algo te gusta dilo también.

Yo soy un tipo risueño, me gusta divertirme y ver la botella siempre medio llena (y me refiero una expresión castellana que significa optimismo, no al estado de mi mueble bar), así que prefiero contar lo que me gusta, y el caso es que de la página en sí me gusta todo, y de los escritos unos sí, otros no y otros ni fú ni fá. Lo curioso es que todas las críticas destructivas y en aquellas que parecen escritas por encargo hay un denominador común muy claro: generalización. Tratan a todos los que escriben en este foro como a un todo, un ente, un "colectivo", pero excluyéndose a ellos mismos, y ahí se les ve el plumero, generalizan y hablan de rencor, de ira y de amargura, dejando traslucir una tristeza que sólo sale del fondo de su corazón. Parece como si se lo estuvieran diciendo a ellos mismos, como si hablaran con un espejo y eso creo que es bueno para ellos. ¿Por qué? A eso voy con el título de este artículo...

Alguien sugirió hace unos días (lo siento pero no consigo encontrar en que correo fue) que contáramos cosas buenas que nos hubieran sucedido gracias a Opuslibros y me parece una idea estupenda, así que lo voy a hacer.

Primero me he reído como hacía mucho tiempo que no me reía, y eso que, repito, soy un tipo risueño y me río muy a menudo con los escritos de Satur, EPI y otros tantos.

He aprendido cosas que no sabía acerca del Opus Dei, de las razones por las que me pasó lo que me pasó y me pasa lo que me pasa. Entender el por qué de las cosas siempre es bueno, como lo es saber la verdad... no sé quién dijo "La Verdad os hará libres", pero creo que fue alguien cuyas palabras parecen ignorarse bastante en las enseñanzas particulares del Opus Dei.

Luego he conocido gente estupenda, algunos en persona, como mi queridísima y guapísima Emevé, con la que paseé por Lima bajo un sol traicionero que nos despellejó el rostro a ambos, otras en el chat o por email, como Brisas, Nacho, Diógenes, Piturro, Carmen Charo, Victoria de Samotracia y un largo etcétera.

He visto que no soy un bicho raro, sino que muchas (no todas) de las cosas que me ocurren y se me ocurren, que siento y que pienso y que me han sucedido coinciden con las de otros que han vivido lo mismo que yo, y eso me ha hecho sentirme normal.

He contado cosas que antes no contaba no porque me diera vergüenza, sino más bien porque no sabía como explicarlas, y gracias a leer aquí testimonios parecidos a mis experiencias, he sabido como explicarlas a personas cercanas que nada tienen ni han tenido que ver con el Opus Dei, y ante cualquier duda les refiero a Opuslibros y me ahorro un montón de explicaciones. Además el contarlas me ha hecho liberarme de un peso enorme.

No ha vuelto a recurrir el "sueño del ex-numerario", una de esas cosas que parece que casi todos hemos tenido y algunos aún tienen y que en este caso indudablemente está causada por nuestro paso por el Opus Dei (también escribo Opus Dei enterito por eso de los buscadores... ) Este sueño, para quien no lo conozca y, sobre todo, para aquellos que lo sufren y no se han dado cuenta, tiene diversas variantes según quien lo padezca pero yo voy a contar mi versión, que es la que única que conozco directamente:

Estoy de nuevo en el centro de estudios, ya me había salido del Opus Dei, es decir, no continúo siendo numerario sino que he vuelto a serlo y no sé por qué. De hecho me veo con mi edad y circunstancias actuales. Quiero volver a salir y me pregunto por qué demonios he vuelto a meterme ahí con lo que me costó salir y me siento atrapado, más bien aprisionado. Normalmente me despierto y me doy cuenta con gran alivio de que era tan solo un mal sueño, que sigo siendo libre.

Gracias a Dios y gracias seguramente a Opuslibros, no he vuelto a tener ese sueño.

Muchos abrazos a todos,

Sancho