Estimada Beah:
Lo que planteas no deja de ser sorprendente (un colaborador, viudo, al que un sacerdote del opus le niega los sacramentos por relacionarse con una divorciada), si tenemos en cuenta los acontecimientos recientes de la vida pública española: me refiero al matrimonio del Príncipe de Asturias con Dña. Letizia Ortiz.
Es público y notorio que Dña Letizia es una mujer divorciada, es más, al parecer no fue un divorcio como cuentas que fue el tuyo (abandono del cónyuge) sino algo al parecer de mutuo acuerdo o similar. Pues bien, la relación acabó en noviazgo y en boda oficiada por el Presidente de la Conferencia Episcopal Española, Monseñor Rouco Varela en la catedral de la Almudena. Por cierto, ahí tiene una capilla el santo marqués, que suponemos debió de pasarlo mal ese día.
Es decir, que para la Iglesia española, no fue óbvice que una persona, previamente casada y divorciada por lo civil, (muy problablemente por ser agnóstica, aunque esto es cosecha mía) se casara luego por la Iglesia. Bueno, eso sí, nos contaron que le habían pasado un examen.
Otro tanto se puede decir de la postura del actual papa Benito XVI, quien al parecer se ha mostrado partidario de dar la comunión a divorciados por fuerza mayor, como sería tu caso.
Lo que no se entiende es que los posibles castigos eclesiásticos por divorciarse se le apliquen ¡a quien se relaciona con el divorciado!, pues entiendo que ni siquiera estáis casados. Eso abriría la puerta a negárselo a cualquiera que tuviera una relación medianamente familiar contigo. Denota una mentalidad muy pero que muy retorcida y una concepción de dios bastante penosa. Es querer ser más papistas que el Papa, llegar hasta donde la Iglesia ni menciona llegar.
Si lo que cuentas es así, evidentemente que hay que cambiarse de cura, peor imposible. Yo creo que Dios tiene una visión bastante más amable y paternal de sus criaturas que lo que a algunos les gustaría. En fin, no hay que hacerles ni caso y no dejar que no nos impidan ser felices
Ramón
