Marina,

He leído tu último mensaje y los anteriores.

Siento una gran admiración por la valentía y la fortaleza que has demostrado en estos momentos tan duros de tu vida y más teniendo en cuenta el estado de ánimo en el que te encontrabas y la presión a la que has estado sometida.

Me ha impactado mucho tu carta solicitando la dispensa. Dices verdades como puños. Lamentablemente es muy posible que el prelado no llegue a leerla jamás (hay que tratar de evitar que el padre pase malos ratos por la infidelidad de sus hij@s, ya sabes). Lo que está claro es que no resultará indiferente a aquella persona que tenga que leerla (eso sí, no creo que hagan mucho caso).

Deseo por otro lado que tu salida sea limpia, que nadie de tu hasta ahora entorno te presione, te haga chantaje emocional. En ese sentido yo tuve mucha suerte; pero todos sabemos que eso no siempre es así, y menos en el caso de personas que deciden marcharse con la fidelidad hecha como has hecho tú (yo no había hecho la fidelidad y además me "invitaron" a irme). 

Ahora te enfrentas a una nueva vida, que será TU VIDA y la vivirás según tú decidas (y no como otr@s decidían). No va a ser un camino fácil; tendrás momentos más altos, otros más bajos; te sentirás rara en ocasiones, quizá hasta eches en falta alguna cosa de tu antigua vida, pero todos esos inconvenientes los superarás porque eres joven y fuerte, y porque tienes muchas ganas de vivir. Verás como en breve irás recuperando tu equilibrio en todos los aspectos, y volverás a ser la chica alegre que nunca debiste dejar de ser.

Y aquí estaremos todos para ayudarte en esa nueva vida que ahora comienzas. Particularmente, puedes contar conmigo para lo que quieras.

Recuérdalo: Tu vida, la de verdad, empieza hoy. Y solo tienes una. Disfrútala.

Un beso muy fuerte.

Guttemberg