Te felicito por tu valentía. Hay que tener fuerza interior y mucho coraje para partir después de 12 años.
Más allá del dolor inicial de la separación - acostumbramiento, rutina o lo que fuere -, da mucha paz saber que uno ha hecho lo correcto. Cuando Dios nos llama para convertirnos en nosotros mismos, ya no se puede mirar a los costados ni seguir indicaciones de terceros. Hay que enfrentar la vida como venga y siempre es para bien.
¡ Te deseo lo mejor !
Un beso grandote,
Griselda