La corrección fraterna a los directores. Respuesta a Fulgencio. Dionisio
Fecha Sunday, 03 July 2005
Tema 070. Costumbres y Praxis


Queridos orejas y Fulgencio:

 

Fulgencio tiene mucha razón cuando dice que las instituciones o empresas en las que uno puede corregir a un superior jerárquico se cuentan con los dedos de la mano. Incluso diría más, posiblemente no hay ni una, pero si hubiera alguna esa no es la prelatura personal. Seguro. Lo digo por mi propia experiencia. Yo creía en la eficacia de la corrección fraterna hasta que tuve varios choques graves. Os cuento algunos. Había un cura que tenía un comportamiento agresivo y ciertamente lejano de la caridad paternal que debería caracterizar a un pastor. Muchas veces se le habían hecho correcciones fraternas sobre esto, pero como si nada. Eso podría ser comprensible desde el punto de vista de que todos tenemos nuestros puntos flacos en los que caemos una y otra vez, pero ese no era el caso de nuestro cura. Para escándalo mío, un día le oí decir desafiante, que por más correcciones fraternas que le hicieran él seguiría haciendo lo mismo porque esa era la forma como el creía que se deben tratar a las almas. Este cura no era cualquiera. Había sido consiliario y de los muy mayores en “casa.”

 

Cuando a un director, el mío, le hice una corrección fraterna importante (no de las chorradas de que no encendiste las velas en el orden correcto) el tío actuó con toda la formalidad indicada, pero me lo gané como enemigo por el resto de mis días. El pobre hombre apenas podía disimular el fastidio que me tenía. Eso no era una manía mía, era algo patente para muchos, con consecuencias apreciables. Como este hombre no se corregía y el asunto era grave, fui a hablarlo con el vocal de San Miguel de la comisión regional. No me dio ninguna explicación, simplemente quedé marcado con el estigma de “conflictivo.” Seguramente ese calificativo sigue en mi expediente personal de sus archivos.

 

Conocí el caso de un numerario que era el director de una obra corporativa. Cuando el hombre se negó a hacer algo que pedía el Padre, alegando que su conciencia le impedía hacerlo, fue simplemente removido del cargo, para que la orden fuera ejecutada por alguien con conciencia menos delicada. Eso me lo contó el protagonista de la historia. También conocí a su sucesor. Menuda joyita de muchacho. De los que hay que tener lejos.

 

Concluyendo. Que la teoría está muy bien, pero no funciona. Cuando yo llevaba 13 años en la prelatura, todavía me creía la teoría, pero es que yo era muy ingenuo. Me costó cerca de 30 años darme cuenta del fraude. Como espero que Fulgencio Espinosa sea más listo y mejor persona que yo, seguramente necesitará menos tiempo para que se le caiga la venda de los ojos. Para tranquilidad tuya, soy muy amigo de Jesucristo, más que antes. Ya me gustaría que Jesucristo tuviera más amigos de verdad allá adentro. No lo digo por Fulgencio. Yo sé por quiénes lo digo.

 

Saludos a todos y a disfrutar el verano los que estamos en el hemisferio Norte. A los del Sur, tranquilos que ya llegará.

 

Dionisio







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