Sobre delitos y otras menudencias.- Cooper
Fecha Wednesday, 29 June 2005
Tema 060. Libertad, coacción, control


Con los escritos de Lappso, estamos asistiendo a un debate que no es propiamente el mismo debate para unos y otros.

 

Lapso opina que acusar al Polaino de delinquir está mal. Pues vale, si es eso lo que se hizo, aunque yo creo que pensar así es coger el rábano por las hojas. Los comentarios sobre Polaino y sus inferencias iban en la línea de que anteponía prejuicios doctrinales a datos científicos, y que mutatis mutandi eso sonaba igual que lo que hacen muchos psiquiatras de la Cosa, e incluso médicos de otras especialidades. Es esa anteposición de prejuicios doctrinales a datos científicos, a opiniones e incluso a enfermos, lo que posiblemente sea delito. Y ese es el otro lado de la discusión. Ni que decir tiene que como en todas discusiones hay argumentos en los dos lados y que las cosas quedan mas claras cuando se delimita la discusión.

 

El  motivo de estas líneas es pensar un poco en los caminos que pueden hacer que una persona cultivada, con su carrera profesional y sus bienio y cuatrienio, deje de lado su formación y se limite a soltar recetas acientíficas, con tan poco fundamento y credibilidad que poco después el mismo Polaino tiene que acurrucarse detrás del consabido ”Los periodistas me han interpretado mal”.

 

En la Cosa y quizás el sistema lo explica Iván muy bien en su último escrito, se limita mucho los campos de pensamiento, no me refiero solo a la lectura de libros, sino incluso de nuestro juicio sobre cosas de cada día. Como no puede haber criticas a nada de dentro y estás dentro, resulta que por necesaria interrelación de las cosas, tragas carros y carretas, que luego al salir reconoces como aberraciones.

 

Cualquiera sabe que eso de acompañar un jesuita a la puerta es una barbaridad, pero en la Cosa se traga como idiosincrática,  Y el culto a la personalidad de los sucesivos Padres, pues también. Las contradicciones entre la pobreza y la opulencia, pues también. El descaro en la justificaciones de los medios por el fin, pues también, las coacciones sobre la cadena de pitables... Del consiliario para abajo, pasando por el de San Rafael, el director, los curritos y al final los pobres y cada vez mas infantiles pitables, pues también. Etc.

 

En fin que es un ambiente donde la libertad de espíritu no se ejercita, donde todo lo que debes pensar está previsto y hay medios para asegurarse del asunto, no cuenta mucho la formación que uno tenga. En el momento que uno piense por su cuenta, ya está medio fuera.

 

¿Qué campos quedan a cubierto de la atenazadora censura interna? Aquellos que no afectan para nada ningún tema de la vida normal, o bien los conceptos ultramontanos, a los que quizás, por su similitud con los libros básicos de la Cosa, Camino por ejemplo, siempre se les deja explayarse. No se si es general, yo al menos si que lo había visto y el comentario de “Hay que ver qué cosas dice este tío”, era un comentario de tertulias pirata, saludables pero ineficaces para cambiar nada.

 

Además hay una contaminación de la Cosa en todo ese tema. El juzgar que uno está en mal plan y que se cura con pastillas es práctica general hacia adentro, ¿Como no va serlo hacia  afuera?  Polaino solo calculó mal el ámbito de su discurso, en una tertulia hubiera entrado como la seda, ¿Como no, si justificaba “científicamente“ una practica habitual?

 

Finalmente daré mi opinión sobre Polaino. El no delinquió, pero al justificar una práctica que lleva a avasallar la personalidad de gente, lo que hizo es mucho peor, aunque no se le pueda meter en la cárcel por eso. Y lo que es peor, puede que no sea completamente responsable.

 

Con cariño

Cooper









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