Blasfemias caropetovetónicas.- Lappso
Fecha Friday, 24 June 2005
Tema 075. Afectividad, amistad, sexualidad


Está de moda ahora en España poner a caer de un burro a quienes no piensen como la mayoría en el asunto del régimen jurídico de las unidades convivenciales de homosexuales. No es mi intención abrir aquí una polémica al respecto, aunque os aseguro que me apetecería.

Un tal Polaino -según se dice prelaturéitor de pro- ha expuesto en el Senado lo que piensa. Y como lo que piensa es minoritario y políticamente incorrecto -que a veces la homosexualidad es más una "patología" que una opción personal-  se le han echado encima todos los ámbitos políticos y periodísticos del país. En apenas unas horas, se ha instado a sus colegios profesionales a que le expulsen, se ha afirmado su mala fe, se ha solicitado un expediente disciplinario en su Universidad, se ha exigido su inhabilitación penal, se le ha escarnecido desde todos los puntos de vista posibles.

Yo no sé si la homosexualidad es una patología o no. Pero sobre todo no sé que tiene de malo o de ofensivo que lo sea. Me faltan fundamentos para profundizar en ello ahora.  Pero sí sé que en este país se proscribe sistemáticamente cualquier palabra, pensamiento o actitud que no se limite a alabar a los homosexuales y a exaltar con furor sus excelencias y derechos a toda costa y en cualquier ámbito. Quien tenga la osadía de pensar por su cuenta al respecto, es un fascista homófobo. Quien no sucumba a la dictadura de lo políticamente correcto, es un retrógrado indigno. Quien piense que el matrimonio es una institución incompatible con la homosexualidad (y con más cosas) no tiene derecho a decirlo sin sufrir toda suerte de ataques a su persona (y muy pocos y muy ligeritos, por cierto, ataques a sus ideas, que sería lo lógico).

El tal Polaino me cae bastante mal, la verdad. Incluso me inclino a pensar que es fácil que se equivoque. Y desde luego los políticos que han impulsado su comparecencia han hecho gala de una enciclopédica incompetencia para la comunicación. Pero sea prelaturéitor o no lo sea, está en su derecho de expresar sus pensamientos. Tiene derecho a que se conteste a su argumentación. Hasta hoy -y estoy siguiendo el asunto con interés- no he visto más que descalificaciones personales. Ni una discusión medianamente cuajada de sus afirmaciones. Sencillamente, en España "no se puede decir" eso.  Y este tío lo ha dicho. Todos a por él, no importa a costa de qué. No es interesante rebatir sus ideas, hay que ir a por él, a por su persona. Ha blasfemado contra el Sagrado Dogma de la Santa Homosexualidad. A la hoguera. Que sirva de escarmiento.

Estoy bastante harto de que se sobreentienda que todos "tenemos que" estar de acuerdo en determinados temas. No. Quien esté en desacuerdo puede (y si me apuras, debe) decirlo con libertad, sin tener que apechar con las coacciones de todo tipo que, para el tema del matrimonio de homosexuales, se reparten a diestro y siniestro por la piel de toro. Se ha llegado a crear un clima incompatible con el debate. Se ha creado un nuevo dogma, un nuevo tabú, un mito victimario intocable e indiscutible. O uno está de acuerdo con cualquier cosa que diga el poderoso colectivo de Gays, Lesbianas y Transexuales (no sé si me dejo alguno), o uno es un homófobo, insolidario, sospechoso de golpista, idigno de ser escuchado.

Ya está bien, coño.

Insisto: no sé si el Polaino este lleva razón o se equivoca. Pero sí he visto que nadie se ocupa de rebatir sus ideas: todos se limitan a insultarle, a coaccionarle y a machacarle.

Que sea o no del opus es lo de menos. Y desde luego, como me ha parecido entrever en algún texto de la web del pasado miércoles, emitir o sugerir un juicio personal sobre él por el mero hecho de que es psiquiatra y del opus, me parece una profundísima injusticia: o se conocen y exponen concretas actuaciones negativas suyas, o sería una bajeza suponérselas sin más información al respecto. Facilísima bajeza, además.

Estamos hablando de personas. Y tienen sus derechos y su dignidad. Aunque sean heterosexuales. Aunque sean del opus.

Todas.

Todas toditas todas.

Lappso.









Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=5166