Un santo cualquiera.- Ramón
Fecha Monday, 20 June 2005
Tema 900. Sin clasificar


Hola orejas:
 
Con frecuencia nos preguntamos sobre la canonización del santo marqués, que para sus seguidores es una prueba de que la cosa de Dios en efecto lo es. Sobre la validez del proceso se ha escrito mucho, y también sobre el propio santo. Me gustaría aportar al contraste mencionando la vida de otros santos de nuestro tiempo. El ejemplo de Madre Teresa es obvio, y quizás por eso su causa vaya tan lenta, pero al ser monja no cumple los criterios de "no ser curas ni monjas".
 
Yo hoy os propongo un caso que ha caído en mis manos: Thomas Benenson, un "santo" laico.
 
Este hombre fundó de Amnistía Internacional. Su historia es sencilla y maravillosa. Era un abogado inglés con bombín. Iba en el metro y leyó que la dictadura portuguesa había  encarcelado a unos estudiantes por por brindar "por la libertad". Se enfadó tanto que se bajó del metro, con la idea de protestar personalmente en la embajada portuguesa. Pero se enfrió un poco, y como estaba en Trafalgar Square, entró en la iglesia de Saint Martin in the Fields (si, la de la Academy). Estuvo una hora pensando hasta que tuvo la idea perfeccionada. Al mes, publicaba un artículo en la primera plana del Observer, en la que convocaba los ciudadanos  a escribir cartas personales a los gobernantes de Portugal, solicitándoles la libertad de los detenidos o un juicio justo. Su idea desembocó a los pocos años en Amnistía Internacional, y con ella al movimiento global pro derechos humanos. Los buzones de muchos tiranos se llenan de cartas pidiendo libertad y justicia. Y los presos de conciencia reciben mensajes de desconocidos que les alientan en sus duras condiciones.  Muchos de ellos han podido salir de la cárcel y la tortura gracias a AI. Los gobiernos saben -gracias a AI- que los ciudadanos de a pie  no quieren que haya tráfico de armas, ni violencia contra ideas disidentes, ni malos tratos, ni pena de muerte.... Así de sencillo y complicado.
 
Pero volvamos a Peter Benenson: nunca aceptó ninguna distinción de ningún tipo, de nadie. Todo gobierno inglés intentó hacerlo Sir o lo que fuera. Él, siempre correcto, enviaba una carta (mecanografiada por él mismo, no tenía secretaria), en la que le exponía al presidente los casos de violación de derechos humanos relacionados con el Reino Unido a los que se enfrentaba AI en ese momento.
 
Cuando fue mayor, dejó la presidencia a gente más joven.
 
Ha muerto en la humildad, sin monumentos, sin peregrinaciones. Como solía decir "la vela (del símbolo de AI) arde no por nosotros, sino por los que sufren tortura dentro de las cárceles, por aquellos que ni siquiera llegan a la carcel porque mueren por el camino".
 
¿congeniaría con alguien que predica la santa coacción?... que decida el lector
 
Ramón








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