Yo no sé por qué, pero me voy a dar un trabajo que no me daba hace mucho, pero es que esta vez me he reído mucho al leer a otro “internauta casual y apenado”.
Allá voy, empiezo citando lo primero que me acuerdo: “Yo soy nuevo en este portal o como se le llama a esta organización”. A mí me da risa leer que somos “organización” porque es evidente que no nos ponemos de acuerdo en casi nada, y así es difícil organizarse (más disciplina por favor), pero el susodicho sigue: “Estaba buscando peluquerías en Google y me encontre con esto”. Aparte de lo evidente, yo me puse a buscar el nombre del remitente a ver quién era, y aparecieron muchas páginas, me dio pereza revisarlas todas, pero me quedó claro que hay uno con ese nombre que es médico y otro que es abogado, y ninguno tiene el español como su lengua materna, luego puse “peluquerías” y salen 120,000 links!, así que revisé las primeras, y ups, no aparece opuslibros allí, así que Walter Gerhard, ya sea el abogado (qué raro que no sepas lo que se necesita para ser una organización) o el médico o un homónimo, he sacado dos deducciones (avezadas, eso sí) la primera es que ¿en dónde vives que no puedes encontrar peluquerías? Yo vivo en Lima, y hay peluquerías por todos lados, quizá te haría bien mudarte. La segunda es, ¿en realidad un tipo que parece tan importante como Walter Gerhard (los dos que leí suenan importantísimos) tiene tiempo para revisar 120,000 links de google, encontrarse con Opuslibros, leerlo, enojarse y escribir? Bueno, yo no quiero decir nada más, pero... yo lo veo algo sospechoso.
Pero Walter ha hecho una pregunta que yo me hago muy seguido, “como es posible que un hombre de un pueblito de España haya hecho todo esto??”. Y no me lo explico tampoco, incluso la explicación de EFE del 15.06 me parece acertada, pero no completa. Pero igual yo no entiendo cómo es que hay sectas suicidas, y cómo hay gente que en una muestra de fe se mete en una casa llena de serpientes, y cómo hay gente que duerme en camas de clavos, y cómo hay gente que piensa que tomarse un café es pecado y cómo hay gente que prefiere dejar morir a sus hijos antes de hacerles transfusiones de sangre. “No se dan cuenta de la mano de Dios en esas obras??”. No, yo la verdad, no veo la mano de nadie, sino la de un hombre convincente y una legión de seguidores que rayan en el fanatismo, ¿acaso tú me puedes asegurar que el crecimiento de las iglesias protestantes es por mano de Dios? ¿qué católico se atrevería a afirmar eso? Yo la mano de Dios la puedo ver en mi propia vida, y estoy segura que “grandeza y ruido” como hacen las sectas de las que hablé, no significa que Dios esté detrás, o quizá sí, no lo sé, pero parece que tú lo ves todo con claridad meridiana, ya dije una vez cómo envidio a los del Opus, así que no lo voy a repetir.
“Conozco la obra, no soy simpatizante y nunca me intentaron lavar el cerebro con que tenía vocación, la vocación no se infunde ni se graba en la mente de las personas, la vocación es un regalo de Dios para los hombres”. Sí, ya veo que conoces la obra, no eres simpatizante porque por tus expresiones, eres miembro. Vaya, qué manera de gustarles el enredo y la confusión, con lo fácil que es decir “soy del Opus dei y a mí nadie me lavó el cerebro, a mí Dios me infundió la vocación y estoy seguro de ello no porque nadie me lo dijo sino porque lo sé” y todos callados, porque aquí somos muy respetuosos. Pero contéstame una cosa, según tu razonamiento (ya sé que pedir que los “internautas casuales y apenados” contesten es un sofisma, porque ellos sueltan la bomba y no vuelven, pero no perdamos la esperanza). ¿Qué pasa en el caso en que Dios nos infundió la vocación, la tuvimos unos cuantos años, quisimos (creímos) tenerla para toda la vida y un buen día te dicen “estás enferma, no tienes vocación, vete”? ¿Qué explicación hay a eso? ¿Hay que decirle a Dios “Santa Rita Rita, lo que se da no se quita”? Bueno, ya que tú lo sabes todo, Walter, a ver si le pides a Dios que se aclare, porque según tu razonamiento, es Dios quien hizo mal. Menos mal que yo ya no comparto tu forma de pensar. Gracias a Opuslibros que yo ya no creo que Dios me dio y me quitó.
Dices que quienes no siguieron “Es simplemente por que no tenían vocación para ser miembros del Opus Dei, punto”, pues qué raro, lee tus libros internos y lo que les dicen a los recientes, eso de que Dios nos eligió desde antes de la constitución del mundo para que seamos de la Opus... o sea, ¿nos eligió o no? ¿o sólo nos “apuntaron” porque tenían que llenar cuotas de vocaciones y nos mintieron para que nos apuntemos pero ya después nos dejaron marchar? ¿Tú ves la mano de Dios en un mercado de vocaciones así? Tú no sólo no ves peluquerías en tu barrio, sino que ves “más allá de lo evidente”. Yo en tu lugar no buscaría “peluquerías” en google sino “oftalmólogos”.
“Claro está, que es mas fácil destruir, que crear”. Eso mismo, por eso viniste aquí, con esa intención, pero no me da la gana dejarte... mira cómo soy de terca.
“Este sitio no es mas que un vil ejemplo del trabajo del demonio para confundir las cabecitas de los humanos”. Jajajajaja, ahora resulta que trabajo para “becelbul” (yo a veces siento que mi jefe no es muy bueno, pero pobrecito, no es para que lo llames becelbul, si hasta es pitable el pobre). Hasta donde yo sé, “becelbul” paga muy bien a sus trabajadores (ya ven lo bien que le fue a Fausto con eso de convertirse en joven, bello y deseable), así que espero que becelbul me de la plata que necesito para hacer ese viaje que ansío. Ya que parece que opuslibros no es sólo la peluquería de moda sino el mismo infielllno, pues exijo (así es, exijo) como colaboradora voluntaria y porque me da la gana (¿dónde habré oído eso?) que se me pague con dos cosas: un tratamiento para mi cabello rebelde que no permanece lacio a pesar de mis esfuerzos (con un reacondicionamiento gratuito por semana) y un pago de belcelbul que puede ser plata, gloria, o algo de eso que suele ofrecer (belleza y juventud ya las tengo).
He dicho.
Saludos a todos.
Emevé
