Espana y Opus Dei. Para EBE.- Drake
Fecha Wednesday, 15 June 2005
Tema 100. Aspectos sociológicos


EBE (6 de junio) elabora sobre un escrito mío para proporcionar luces valiosas. Quiero comentar dos elementos. 

“Finalmente, complicaba más las cosas un cierto colonialismo apostólico por parte de la Obra, quien venía a imponer –en nombre de Dios- sus formas culturales consagradas por el fundador –desde libros editados en España hasta costumbres y giros idiomáticos españoles- las cuales se contradecían con “la universalidad del espíritu” que la Obra venía a predicar. Ahí entonces se establecía la diferencia: el problema estaba en las formas culturales o sea en los españoles. Era la manera de “salvar a la Obra” y a su “espíritu divino”.”

 

La misma Iglesia se enfrenta continuamente con el desafío de la inculturación. El problema radica en la tensión entre forma y contenido. Si bien la forma y las formas son portadoras de contenido, precisan de unos referentes compartidos para que el contenido tenga significado. O sea, por muy universal que fuera el latín, no lo entendía nadie. Y por muy bonito que quedara la casulla de seda para un europeo blanco, no pinta nada para un zulu cuyos medios de expresión privilegiados es el baile y el canto.

 

Es un hecho que para los no-espanoles, muchas de las formas en la cosa tenían origen espanol. Lo que no se logró es dejar que las formas se adaptaran al medio. Quizá parte del resentimiento hacia los espanoles fuera de Espana radica en que los defensores de la rigidez en las formas eran espanoles. Por una parte, siempre que uno preguntaba al pater de turno que cómo hacer para que la cosa sea más de mi tierra, la respuesta fuera “sé tú mismo más Opus Dei”. Pero, por otra, muchos de los intentos de autóctonos de integrar costumbres de nuestras propias culturas fueron rechazadas por directores espanoles en países donde había pocas vocaciones locales.

  

Con Opuslibros se puso de manifiesto la “universalidad problemática” de la Obra, ubicando geográficamente todos los problemas dentro de la Obra y dando fin a las teorías anti-españolas (al menos desde mi punto de vista).

 

Sin embargo, hay que tener en cuenta lo que Alfredo (13 de junio) trae a colación en su último escrito (que en muchos países los consiliarios son espanoles) y sumarle que también en muchos países, buena parte de los directores regionales son espanoles. Yo oberservé esa realidad en más de una “región”.

 

Así fue que en mi propio país me ha tocado ser el autóctono de turno, o sea, el numerata que “muestran” para que se vea que la cosa no es espanola (cuando la realidad empírica es que la mayoría de los numerarios son espanoles). Además, como les sucede a muchos extranjeros, no logran empleos de buen nivel (ni cualquiera), y se les hace directores. Es cuando el asunto pasa a ser surrealista: el autóctono (minoritario) anda diciendo a sus conciudadanos que la cosa no es espanola, mientras sus colegionarios lo son en gran mayoría. Esta realidad (empírica más que geográfica) puede explicar –en parte- el resentimiento hacia lo espanol no como teoria sino como vivencia.

 

Saludos,

Drake







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