Empiezo agradeciendo a Anuc, Marigo y todos los que me han escrito al privado (siiii... tengo un mail privado que está publicado en esta web, con un poco de paciencia me pillan y respondo) por sus palabras y su tiempo.

No me acuerdo en qué estaba pensando cuando escribí lo que escribí, sólo sé que a veces al leer tanta gente super reconstruida y super madura y super super, me da como envidia (¿de la buena?) porque yo no soy así. No es que quiera que los superenvidiables que a veces nos regalan sus escritos lo pasen mal, sino que me gustaría saber que es de humanos tener días buenos y días malos, y que ni dentro ni fuera de la opus se tiene ganada la felicidad, y que no soy la única que se hace dramas de todo (sé que soy una dramática, pero ¿sólo yo? ¿nadie más?).

Me dices Anuc, que te da la impresión de que mi trato con Dios salió lastimado, te diré, no salió lastimado, salió muerto y recién lo estamos haciendo resucitar, Él y yo solitos y de cuando en vez con la ayuda de un amigo querido que en sus citas con Jesús, le habla de mi. Pero eso no es tan relevante, digo, eso se arregla. Pero siempre recuerdo:

- Emevecita, ¿qué quieres?
- ¿yo padrecito? Pues terminar los estudios y ser profesional
- ¿Para qué?
- Para ganar plata
- Pero ¿para qué?
- Para que mis papás no trabajen cuando sean viejos y yo los pueda mantener
- Pero ¿para qué?
- ...
- ¿Para qué Emevecita? ¿Cuál es la razón de tu vida?
- ...
- Yo te lo voy a decir: la vida sin Dios no tiene sentido, entrégate a Dios y todo adquirirá sentido
- ¿Cómo es eso?
- Pues lo primero, ¿tienes Dirección Espiritual?
- ¿Y eso qué es?
- Jajaja, pequeña....

Esa fue mi primera confesión con el cura que “vio” mi vocación... y yo le creí, porque me creí que la vida adquiría sentido entregándome a Dios, haciendo lo que Él me pedía a través de... ¿adivinan? Pues sí, a través de mi Director Espiritual, un sacerdote numerario que me hizo pitar. Y cuando me echaron fuera, ¿cuál es la razón de mi vida si yo hice todo lo que me dijeron? Ese no tener razón de vivir es lo que me vuelve loca de vez en cuando. Dice mi padre (no respecto a mi, sino de una pariente “solterona” a quien cada vez me parezco más) que sería bueno que ella tenga un hijo, para que tenga una razón de vivir, quizá sea bueno también para mi, así que “acepto propuestas”... jajaja.

Dices Marigo que “cierre la página”, la página está cerrada, no guardo rencores, todo está olvidado, y sigo queriendo a quienes siempre quise, lo que quiero es reconstruirme, y a eso no le puedo cerrar los ojos. Lo del Opus ya pasó, ya lo sé, no me pueden hacer daño, no les hago nada tampoco, lo que quiero es reconstruir mi vida, quiero vivir como una persona normal, pero no conozco a muchas personas normales que sean como yo, por eso de vez en cuando necesito saber que no soy la única que pasa lo que paso yo, así como a algunos les ayuda saber que yo existo, a mí me ayuda saber que no estoy sola. No se trata (desde mi punto de vista) de cerrar páginas o no, se trata de encontrarle una razón a mi vida, sin una razón, es difícil ser “feliz hoy”, me gustan por ejemplo las tardes lluviosas y frías del invierno limeño, me encantan, me alegran el momento, podría decirse que soy feliz en ese instante, soy también feliz cuando me siento en un parque frente al mar a ver el atardecer en el verano, o cuando marco al teléfono y me contesta esa voz que tanto quiero, pues sí, soy feliz en esos momentos, pero a veces no puedo evitar pensar ¿eso es todo? ¿es eso todo? ¿no hay algo más?

No sé si se entiende lo que digo... no sé si divago... no sé nada...

Saludos a todos,

Emevé