La Opus no es como la pintan.- Emeve
Fecha Friday, 27 May 2005
Tema 070. Costumbres y Praxis


Lo que más me gusta de la pintura es que uno puede sentir lo que el pintor siente, no es lo mismo que ver por una ventana, es lo mismo que ver por la ventana del alma del artista... bueno, algunos artistas. La Gioconda no es como la pintan, los Girasoles no son como los pintaron y estoy casi segura que el tipo que gritaba en el puente, no tenía esa cara.... Entonces, las cosas no son como las pintan, pero se inmortalizan así. Nunca sabré cómo era Lisa, ni cómo era la Maja (con o sin ropa), sólo sé cómo las vieron Leonardo y Goya.

- Oye Emevecita, qué mala eres, ¿por qué no te cae bien mi novia si es lo más lindo que hay?

- ¡Pucha Madre! Si te has pasado meses de meses hablándome de lo engreída y egoísta que es, y del poco cariño que te demuestra, ¿entonces qué crees que pienso de ella?

- ¡Coño! ¿te he pintado un monstruo?

- Pues así es como la ves tú, porque uno pinta las cosas como las ve... y a mí no me culpes si me he creído que la chica es eso que tú me has dicho, yo sólo he pecado de “creyente”, la próxima vez no te creeré nada, y todos felices.

Esta conversación imaginaria con un amigo imaginativo, me hizo pensar en ¿cómo pinto a la Opus? Lo que yo sé es que hay dos tipos de cuadros de la Opus. El “cuadro oficial” del que cada miembro hace una fotocopia y la enmarca y la cuelga en su pecho, y si alguien le pregunta ¿y cómo es la opus? simplemente señala la foto y nada más. Y están los cuadros “no oficiales”, los que hacemos los que alguna vez colgamos esa misma copia en nuestro pecho, pero luego nos empezamos a dar cuenta que no va, que eso no es lo que nos gustaría decir, que, bueno, que nosotros somos artistas, que podemos dar nuestra versión propia, y que muchas veces se parecen a la versión oficial tanto como el tigre al dragón. Entonces resulta que hay varios cuadros que no son iguales pero sí son parecidos. Digamos que la “versión oficial” la pinta rubia, alta y de ojos azules, y todos lo demás coincidimos en que no es tan alta y es morena. Los detalles mínimos quizá difieren, pero coincidimos tanto que asusta.

Entonces el observador, confundido, al mirar los dos tipos de cuadros, dirá ¿y qué cosa pasa aquí? ¿Quién miente y quién dice la verdad?

Yo también fui “observadora confundida” y de tanto no creer cuando me hablaban mal de la opus, fui a conocerla, me la dibujaron, la compré y ahora hago mi propio cuadro. Pero lo sé porque experimenté en “pellejo propio”, así que no puedo decirle a los otros que me crean sin haber experimentado o por lo menos haber conocido por sí mismos.

Pero luego no me digan que no les advertí. Yo sé que el cuadro que pinto yo es el real, el real para mí, porque para mí eso fue la Opus (ahora ya no es nada). Lo que asusta es que se parece al que muchos otros pintan, y si los juntamos todos, vemos desde distintos ángulos, con distintos colores y con distintas luces, a una misma modelo, que no se parece en nada a la “oficial”. Eso ya debe significar algo.

Por lo menos significa que “la Opus, no es como la pintan” y hay que cuidarse.

Emeve









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