Condicionados al tomar decisiones.- Ramón
Fecha Sunday, 22 May 2005
Tema 050. Proselitismo, vocación


En un desasosegante correo anterior, ebe comentaba que "uno cree lo que quiere creer". De este modo, es posible la captación para la opus, a pesar de que sea una institución que se muestra finalmente dañina para sus miembros más comprometidos. Me pareció entender que no conseguía explicárselo, o que se lo explica demasiado bien, y me he visto tocado en otras experiencias de mi vida.
 
Al analizar nuestros motivos para hacer las cosas, tomar decisiones, a veces vemos que estábamos cegados. Que no hicimos lo que dicta el sentido común, sino lo menos recomendable. Uno acaba creyendo lo que quiere, cierto, pero a la vez esto es injusto y parcial. Podemos llegar a  creer que nosotros  somos los responsables, aunque sea sólo por ser unos membrillos imberbes.
 
La inteligencia humana no es unívoca, es múltiple y facetada. Así, puede expresarse como capacidad de cálculo y abstracción, sentido musical y artístico, empatía personal, pensamiento filosófico, etc... seguro que ebe lo sabe y algún psicólogo me corregirá. Lo cierto es que no siempre coinciden cabeza y corazón (¡gracias a Dios!). Por ahí nos captan a los que hemos sido "tontos útiles" en alguna ocasión: apelando a lo mejor de nosotros, a nuestra ansia de espacio y sed de cielo. Así de triste y de real.
 
Tenemos un afán de trascendencia y absoluto: si nos cogen por ahí es posible que hagamos grandes tonterías, incluso que caigamos en el fanatismo. El caso de la opus no es excepcional, situaciones similares han pasado grandes personas que vendieron su alma al diablo del nazismo, del comunismo, de la intransigencia religiosa. Es triste, pero un premio nobel puede ser un nazi; un gran músico, negado para hacer amigos. El santo marqués era un gran telepredicador, qué vamos a hacerle: seguro que muchos vieron en él a un gran místico y guía espiritual.
 
El opus se comporta como el demonio meridiano, el más peligroso de todos, porque se aparece de día, sin su ropaje de azufe, cuernos y rabo:
 
- Apela a los sentimientos más nobles, la búsqueda de absoluto, de la respuesta a la llamada más profunda, más radical: la de Cristo.
- Ofrece la posibilidad de materializar el mensaje cristiano: estar como tal en el mundo.
- Presenta una imagen amable, envía por delante a los miembros más jóvenes, o impolutos y entusiastas. Ellos sí que creen en los valores que proclaman, y eso no se puede soslayar. Nada mejor que la buena gente para dar la buena nueva. En la película "9 Reinas", dice el timador experto: "tienes algo que no tiene precio en este oficio: cara de buena persona".
 
Claro, creemos que hemos encontrado lo que buscábamos. Lo que deseábamos tanto. Tragamos cebo, anzuelo y sedal.
 
No sé si estas líneas pueden ayudar algo. Seguro que no digo nada nuevo, pero no dejemos que los errores nos carcoman por partida doble.
 
Ramón








Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=4921