Queridísima Aquilina,

Acabo de leer tu correo del miércoles acerca del plagio (copia) de tu escrito en la Web sin tu autorización y estoy tan indignada como desconcertada. He pensado en escribirte a tu cuenta personal pero finalmente he optado por hacerlo aquí en la Web para que mi correo sirva de público apoyo a tu persona y para refrendar con mi experiencia los testimonios que de vez en cuando compartes con nosotros.

Todos sabemos que cuando publicamos algo en la Web queda públicamente expuesto. Y expuesto a todo, claro, a lo mejor y a lo peor. Pero una sigue guardando a pesar de los años ese poco de inocencia, y me sorprende que haya alguien tan malage como para copiar cosas tan privadas de otra persona sin pedirle permiso y utilizar a esa misma persona de la forma más cutre. No veo además claro cual puede ser el motivo o la finalidad que mueve a esta persona. Me parece todo de lo mas extraño. Se me ha ocurrido una maldad nada más leer tu correo, pero como me parece un poco de ciencia ficción me la reservo de momento hasta ver como evolucionan los acontecimientos.

Quiero aprovechar esta ocasión que me parece de lo mas triste, para unir mi voz a la de Agustina, y decirte que como sabes para mi ha sido una bendición conocerte y poder compartir contigo tantas cosas. Cada escrito que mandas a la Web me enseña cosas nuevas que en muchas ocasiones me parecía que tenía superadas y totalmente controladas. Siempre encuentro un matiz nuevo, una apreciación que se me había pasado por alto. Me ayudas a ver las cosas de forma mucho mas global y seguramente mas cierta. Tienes una capacidad de perdonar grandísima y elegante, muy elegante, y eso es muy difícil de encontrar hoy en día. Diría para resumir que eres una auténtica Señora, con mayúscula, de cuya amistad me siento infinitamente honrada. Siempre buscas la concordia y el diálogo y me duele especialmente que a alguien como tú le pase algo así.

No sé qué tipo de acciones legales se pueden emprender en una situación así, pero me consta que hay abogados que tratan estos temas. Si de cualquier forma piensas que puedo serte de ayuda en cualquier pequeña cosa, ya sabes bien que puedes contar conmigo. Si legalmente no puedo hacer nada, al menos cuenta con el grandísimo cariño que te tengo y con el infinito respeto que me mereces.

Y confío en que esta putada grandísima que te han hecho (veras Agustina que yo soy menos comedida, sobre todo cuando van a por mis amigos) y que resolveremos sin duda, no te retraerá de  seguir escribiendo en esta Web que perdería si lo hicieses a una colaboradora valiosísima.

Recibe un abrazo grandísimo y todo mi apoyo,

Isabel Nath