Algunos hombres buenos.- Flanpan
Fecha Monday, 09 May 2005
Tema 070. Costumbres y Praxis


Una de las cosas buenas, muy buenas, de esta web, es que las brillantes plumas y las lúcidas cabezas de muchos de los colaboradores, traen diversos temas a colación, los exprimen, los despiezan y desmenuzan, los montan y desmontan, les sacan punta y brillo, para finalmente conseguir que los habitualmente retardados exclamemos “ooooooooh!!” y caigamos en la cuenta del sentido de tal o cual tema.

 

Uno de esos temas que tanto se ha debatido y analizado es el de la bondad o maldad, total, parcial o intrínseca de la Opus, su Mensaje y su Fundador.

 

Estas últimas semanas, ha coincidido que he sabido de distintas circunstancias, hechos y situaciones, de varias personas humanas pertenecientes a la prelatura. En este caso, se trata de cosas que hacen que me quite el sombrero: alucino con el nivel de integridad, fortaleza, visión sobrenatural, de esas personas. Desde luego, que yo me veo muy por debajo de tales personas.

 

También debo añadir, que en esos mismos días tuve noticia -en algunos casos directa- de otro tipo de personas de la Prelatura y sus aláteres, que dejaban bastante que desear.

 

Pero a lo que me quería venir a referir, es que pienso que para analizar la bondad o maldad de “los del opus y de la Opus”, hay que distinguir entre el software y el hardware.

 

Una cosa es el Espíritu (la ideología) de la Opus: el software.

 

Otra cosa son las personas (el hardware) sobre las que se introduce el software.

 

El software de la Opus pienso que falla en muchos aspectos. Cada uno de nosotros hemos sufrido en mayor o menor grado ese software malicioso.

 

Pero en lo que respecta a las personas… Pienso que no se puede generalizar. En la Opus hay de todo: buenas, regulares y malas personas. Como en cualquier colectivo. Nosotros hemos sido Ellos, durante más o menos años. Muchos de Ellos pasarán a ser Nosotros, en un futuro más o menos cercano.

 

¿Por qué entonces se me atraganta cada vez más todo lo que huela a Opus? ¿Por qué se sigue haciendo captación de menores? ¿Por qué los folletos de los Clubs siguen mintiendo descaradamente acerca de su relación con la Opus? ¿Por qué la web oficial de la Opus es una sarta de mentiras (verdades a medias) y se sigue con lo de “el fin justifica los medios”? ¿Cómo puede ser que una institución formada por personas más o menos buenas, sea en su conjunto una farsa semejante?

 

Pienso sinceramente que el problema es de software. Si a todo el conjunto de personas de la Opus se les inoculara un software diferente, pienso que la Opus podría seguir anunciando lo de ser santos en el trabajo (no cambiaría lo realmente básico de su mensaje) pero sin los despropósitos que día a día vamos contemplando.

 

Pero amigos míos, que nadie se haga ilusiones (lo digo por los que aguantan dentro): el software opusino no va a cambiar. Por lo menos no va a cambiar desde dentro. Es tal la fuerza de la programación que actualmente se introduce, que hasta que no estás fuera y pasa un tiempo, no te das cuenta de dónde estabas, porqué estabas y qué hacías.

 

Es un poco como la peli de Matrix. Te crees que estás viviendo una vida maravillosa, un soñad y os quedaréis cortos, y de repente te das cuenta de que no eras más que una “batería humana”. Sólo cuando estás fuera, puedes ver lo que realmente es la Opus.

 

Por eso, pienso que es imposible que los de “dentro” cambien el software. Están tan aleccionados en la superioridad y bondad de su “espíritu”, que no es posible que se planteen un cambio. Porque cuando hablamos de cambio, nos referimos a un cambio de verdad: no se trata de permitir que las mujeres fumen o de prohibir también que fumen los hombres (lo vería más acorde con lo de cuidar la salud del propio cuerpo). Un cambio que eliminara la captación de jovencitos aspirantes, que permitiera una libertad no teledirigida, que fuera transparente en lo económico, que eliminara los elitismos petulantes, que mirara de verdad hacia los que sufren y no tienen. Ese cambio no se producirá.

 

Algunas mentes más lúcidas, algunos pocos, se dieron cuenta de muchos de los fallos del software opusino: Don Antonio R. Retegui, y otros (varios de nuestros foreros más lúcidos) pusieron el dedo en la llaga desde dentro. Pero el resultado es de sobra conocido: o pastillazo o arrinconamiento.

 

Me da pena ver que personas que para mí son muy admirables, pertenecen a una institución que cada vez me desagrada más.

 

De la Opus yo salvará a esas buenas personas. De su software creo que poco se puede salvar: cada vez va más a la deriva.

 

Flanpan









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